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miércoles, 17 de octubre de 2007

La normalidad

Me encanta ver en algunas de las muchas series que nos llegan de EEUU una constante, un mismo esquema. En todas ellas, los protagonistas suelen ser gente que quiere llevar una "vida normal". Da igual que sea una heroína irrompible, una polígama religiosa o la esposa de un mafioso. Son personas inconformistas, gente que no se adapta al papel que su forma de vida les concede. Pero entonces, ¿qué es ser normal? ¿La normalidad podría definirse como una simple cuestión estadística?

Muchas veces la normalidad acecha amenazante, y te das cuenta de que la vida es de todo menos normal. No es normal ganar menos de 1.000 euros, alquilar una habitación y tener 30 años o más. No es normal tampoco casarte a los 18 y tener un hijo inmediatamente. No es normal que tu marido se vaya a trabajar y te quedes en casa con la teletienda y la aspiradora, que solo te falta el mostacho para cantar la canción de Freddy Mercury.

Normales no somos nadie. Aparentamos, pero en realidad, tenemos cuotas inmensas de anormalidad. Todas las personas viven vidas especiales, en cierto modo alejadas de lo estadístico. Reducir a normalidad como estadística la vida de la gente es lo anormal.

El hombre es adaptable. Y como él, el planeta que habita y le da cobijo. Por eso no hay nada normal; el hábito se puede cambiar, y la rutina, deshacer. Podemos saber cuándo lloverá, más o menos, pero no cuánto durará... y es que la vida es impredecible, única, especial y por tanto maravillosa. Lo penoso es que muchas veces lo olvidamos. El Azar es una constante que no falla, y por tanto, en contra de la Normalidad, diría que es la fuerza primaria de nuestra especie y de casi todas las demás. ¿Corolario?

Hay otras series que me encantan, pero son de la BBC. Aquí en España aun no saben lo que es la normalidad... peaje quizá de un país de excesos y mojigaterías simultáneas.

Un saludo,

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