Pues sí, ahora estamos en nueva vorágine política, empresarial, escolar... y lo que ha saltado a la palestra pública es el tema del aborto. Por supuesto, voces a favor y sobre todo, gritos y escandalosos regüeldos en contra. De los de siempre, los que piden libertad religiosa y buscan restringir la ajena diaria...
Voy a despacharme con pocas frases en este asunto.
Que hagan un estudio de hasta cuándo y cómo se puede abortar, sin riesgo para la madre. Una vez hecho eso, que la sanidad pública y la privada tenga capacidad de aceptar la demanda. Si estás en la pública, no hay objeción de conciencia válida. Sirves a los ciudadanos, al público, no a una ética limitada de un grupo concreto. Y cuando sea así, que la mujer decida.
Si quiere, aborta.
Si no quiere, no aborta.
Punto.
El resto, todo es estupidez, fanatismo, intento de someter al resto a un credo, ética y forma de vida. Y eso es, simplemente, una forma de autoritarismo que conduce a los totalitarismos que ya hemos sufrido.
Un saludo,
viernes, 5 de septiembre de 2008
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