Buscar dentro de este batiburrillo

lunes, 21 de enero de 2008

Absoluta vergüenza

Juego mi tercer o cuarto partido "oficial" en ayuntamiento, el domingo. A las 18.30, horario maldito para los futboleros pues hay un partido del Atlético de Madrid y el otro Madrid, el Real. Toca jugársela contra los segundos, siendo nosotros terceros. Hay opciones, aunque los primeros van de largo y no hay mucho que rascar.

Antes de comenzar, me comentan que el árbitro que nos toca el anterior partido hizo unas cuantas cosas inauditas, como detener el juego para contestar a su móvil, pitar técnica por levantar las manos en defensa o mandar la prórroga en dos partes de 2,5 minutos. Exageraciones de mis compañeros, pienso. Todos siempre nos quejamos del árbitro. Pero es que ese partido se ganó... y a pesar de ello, se quejaron del árbitro.

Comenzamos. Nos endosan un parcial espectacular de 18 a 1 en el primer cuarto. Corren bien, contraatacan, cortan, tiran con mano... el árbitro no pita ni una sola violación de pasos, y de faltas, no existen las de ataque. Ni en el rebote. La cosa no va bien. La auxiliar de mesa, mientras, desganada, ni me da el tiempo y tanteo. Pasa de todo.

Y llega el comienzo del fin. Segundo cuarto, estamos defendiendo en 3-2, logramos detener la sangría, remontamos algo, y Pepe hace una falta. Con balón muerto, pido cambio rápido en la mesa; ésta no avisa al árbitro, éste mira y se encoge de hombros y sigue el juego ¡con 4 en mi equipo! intento saltar y no me deja, ni a Pepe volver, grito, pataleo, me quejo, y mientras mis compañeros se desgañitan tratando de llamar la atención al árbitro, nos hacen un 6-0. Harto de quejarme, viene el árbitro a la mesa, ésta se levanta y se queja de que la llame "poco profesional, inepta, maleducada" y otras lindezas que nunca llegan al insulto soez. El árbitro, con tono chulesco, hace lo que nunca he visto hacer a otro, ni a mí mismo (he pitado casi 8 años, he estado con todo tipo de gente... he vivido y sufrido insultos muy graves... incluso intentos de agresión) y es lo siguiente; apoya su mano en mi hombro, como si me fuera a dar una paliza, y me dice chulesco "A ver, qué número tienes, ¿el 27? ¡pues te has ganado una técnica!"

A partir de ahí, el partido está perdido (lo estaba antes, pero para mí ahí es definitivo) y encima, para colmo, se me hace peligroso. Tengo una lesión, y veo que mis compañeros ruedan por el suelo, empujados, a codazos, alguna patada... y el árbitro no pita o pita en contra nuestra. Se le calentó la cabeza, pero le puede la chulería. El partido sigue, me niego a seguir jugando y aviso al árbitro cuando salgo por la quinta de Pepe que si me lesiono, le denunciaré. Se ríe...

Acabamos. Frustración, ira, impotencia. Nos estamos yendo y de pronto, la frase. "Los de ese equipo son todos gilipollas". Un árbitro insultando. Y lo dice con suficiencia, prepotencia, sabedor de que si le pego, si le pegamos, nos retiran las fichas. Aprovechando su teórica preeminencia en el juego (que no muestra pues no corta para evitar más faltas y por tanto, posibles lesiones) se queda con suficiencia. Yo no doy crédito y tras confirmar el insulto personal, me voy.

He visto muchas cosas, de toda laya. Pero esto ha sido lo más espeluznante que he sufrido nunca. Yo, que he sido árbitro, que he soportado verdaderas barbaridades, que he jugado y nunca insulté a un árbitro; yo, que les respeto, más que nada por su labor invisible y moderadora, por su autoridad de gente que debe tomar decisiones difíciles. Yo, que les admiro, como a muchos jugadores, a éste, cuyo nombre no tengo cerca, le tengo un odio absoluto. Ha logrado lo que mis lesiones varias, la gravísima de rodilla y recaídas, no han logrado.

Que pierda el gusto por saltar a una cancha a jugar al baloncesto.

Por cierto, hay reclamación. Y habrá protestas si nos arbitra de nuevo. Nadie saltará a la cancha con él dirigiendo el partido.

Un saludo,