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martes, 31 de octubre de 2017

República, republiqueta, publicanos y republicanos varios...

Una nación es un estado de ánimo. Puramente. Un estado que se constituye en Estado cuando se van creando las situaciones que lo cimentan. En 1931, tras las municipales, muchos republicanos de pro fueron a tomar los despachos ocupados por monárquicos según se iba sabiendo que Alfonso XIII se había ido. Lo cuenta muy bien y de manera divertida un catalán en Madrid llamado Josep Pla (que hoy será calificado de facha por más de uno, aunque a mí me parece, simplemente, un buen escritor) narrando cómo poco a poco se desmorona un estado anterior para dar paso a otro que irrumpe con chulería, gracejo y casticismo. Realmente, la II República española triunfa porque es abril, primavera, el pueblo se divierte y hay detrás muchas fuerzas que desean esa república en toda España. Un estado de ánimo que se convierte en Estado.

Horacio Altuna tiene cómics brutales. Hay uno, en concreto, "Ficcionario", donde su protagonista, Beto Benedetti, un inmigrante latino en una gran urbe tipo NY, vive las distopías imaginadas por Altuna. En un episodio, "Special Forces", Beto se topa con un viejo amigo que es ahora miembro del ejército, un macarra chulo y bastardo de pro. Una de las frases que más se me quedó marcada, no sé si por los acontecimientos de estas semanas, era aquella de "¿A quién manda El Poder cuando hay dos republiquetas indecisas sobre a qué bloque apoyar?". El Poder. Y las republiquetas, esa manera despectiva de minimizar un Estado, me parecía impresionante. Un estado, sea el que sea, puede reducirse a expectativa o ilusión si no tiene arraigo de poder. Poder que viene de lo que viene. El impuesto.

Los publicanos eran aborrecidos en la antigua cuenca mediterránea por ser aves rapaces que sangraban y desmembraban con sus exacciones a los habitantes de las zonas controladas por Roma. Su cargo, vendido en subasta (pujaban aportando el dinero que luego suponían iban a recaudar, y por eso luego recaudaban más para obtener beneficios...) aparece incluso en el Nuevo Testamento como símbolo de hijoputismo absoluto. Mateo el evangelista fue primero publicano y luego... converso. Pero ejercían una función básica; recaudar. Sin dinero no mantienes nada. Si no mantienes nada... todo es entelequia.

En España hemos tenido dos Repúblicas como sistema de gobierno. El 11 de febrero de 1873 y el 14 de abril de 1931 se declararon, y ambas intentaron ser solución a conflictos sociales y económicos varios. La de 1873, respuesta a los generales golpistas monárquicos, la abdicación de la última solución monárquica foránea (Amadeo de Saboya) las guerras carlistas y las luchas de Cuba, entre otras. Muchos frentes que la destrozaron, y acabó, como dijo uno de sus presidentes, Estanislao Figueras (catalán) en un "señores, estoy hasta los cojones de todos nosotros". La de 1931, menos sorprendente pero más rápida y plagada de ilusiones, nació en medio del Fascismo, el Nazismo y el Comunismo, donde las democracias eran vistas como algo endeble. Tarde, y con tensiones internas de los africanistas y los sectores de siempre (Iglesia católica, nobleza terrateniente y conservadores de todo cuño más carcundios que nadie) contra los intentos de modernización de una endeble línea de pensadores modernos y progresistas y las tensiones revolucionarias de una masa que no quería represión policial del ejército si no cambios de inmediato. Murió varias veces, política y militarmente en diferentes años, y quedó su halo hasta 1975, esperando que éste fuera suficiente para resucitar, pero no. Quedó como reliquia inmaculada y aspiración de pasado más que de futuro. Y...

Yo siempre me he considerado republicano. Una forma de gobierno abierta, amplia, que sea racional y permita el control de las corrupciones, obligue a la separación de poderes para que el contrapeso haga reflexionar a los gobernantes elegidos, un sistema que colme las aspiraciones de la mayoría y sea sensible con las de las minorías, tratando de buscar encajes que permitan, a fin de cuentas, lo básico. Una vida feliz. Lo dice la constitución de los EEUU, y son palabras, pero las palabras se hacen realidad con los hechos. Hechos que requieren valentía y coraje. Hechos que sólo suceden cuando, aunque parezca de perogrullo, se hacen.

Durante mis años de vida he pensado que, quizá, vería una III República. No sabía qué podía desencadenarla. Al inicio, pensaba en lo utópico, una educada ciudadanía que votaría y exigiría a sus representantes la reforma de la CE de 1978, un instrumento así reformista. Viendo la verdad del funcionamiento de la política, descubrí términos más chabacanos después, como el chalaneo de cargos y otras menudencias de reptiles. Sopesé que sólo la violencia valdría, viendo el estado de corrupción y despilfarro aflorado tras la crisis de 2008. Me entusiasmé pensando que Podemos era la vanguardia de la primera utopía, la ciudadanía educada. Me decepcioné (como antes con el PSOE, con IU...) y caí en un estado en el que lo personal ha sido crudamente lo más importante. Me trajo al pairo que hubiera o no una República. Y hete aquí que, la semana pasada, de pasada, entre acontecimientos que darían mucho material a Valle-Inclán y a Berlanga, se proclamó una en Cataluña.

¿República o republiqueta? Yo tengo mis ideas al respecto. Si prescindo de mi "españolidad" (¿Qué es, a fin de cuentas? ¿Qué me convierte en español, aparte de accidentes geográficos y poco más?) contemplo con susto y curiosidad todo lo que está pasando. Percibo la ilusión, ese estado mental que aún no ha derivado en un Estado propio. Percibo el enfado, el cabreo, los mil motivos que han movido a esto y a muchos para apoyar a los mismos que antes les daban ostias (los Mossos) o les ninguneaban en servicios sociales (CiU, hoy PdCat y demás) pensando que, traspasada la puerta de la independencia, de la República soñada, anhelada, lograrían el Edén de pan y leche. O no. Al margen de los motivos de muchos y de algunos pocos para impulsarlo (no creo en el idealismo; estoy convencido de que incluso Robespierre tendría alguna motivación más práctica que la revolucionaria...) me planteo muchas dudas y muchas incertidumbres. ¿Es preámbulo de una III República en España? ¿Es una secesión que costará sangre? ¿Nos parece una opereta porque tenemos ese estado mental que el Estado nos ha modelado? ¿Llegará a algo que, principalmente, haga feliz a la gente?

He perdido las cejas leyendo, viendo, escuchando y conversando con muchas personas de diferente pelaje y sensibilidad. Me ha sorprendido la altísima carga emocional que este asunto conlleva (lógico, por otra parte, porque ninguna independencia o secesión, como se le quiera denominar desde el punto de vista que convenga, se hace con números fríos, realidades y pragmatismos) y la virulencia de carga contra tantos y tantos, convulsión que ha tensado tantas relaciones. Me cuesta elegir bando. Lo digo así de claro. No sé, no puedo, no quiero. Ni la calabaza ni la sandalia de Brian, aquel pobre peatón del mar Muerto que se veía perseguido por todos. Quizá sea cobardía o falta de carácter, pero prefiero pensar que es porque siempre, siempre, me sigo haciendo la misma pregunta que se hacía Burt Lancaster en "Los profesionales". "Quizá sólo exista una revolución desde el principio. La de los buenos contra los malos. La pregunta es... ¿Quiénes son los buenos?"

Y yo no sé qué contestar...

Un saludo, y si me dispara alguien, que sea en la cabeza.

lunes, 16 de octubre de 2017

Clamando en el desierto.

Disfrutemos de espectáculos circenses y malabarismos. Trileros, saltimbanquis e iluminados. Nos hipnotizan con sus palabras y mientras escamotean cubriéndose la realidad. Hurtan usando los pechos de los más fervorosos creyentes, que se disponen frente a ellos. No hablo sólo de políticos, sí de quienes gestionan, tienen y usan su poder. Que son unos cuantos.

Galicia arde. El Segura está seco. La sequía y desertificación de España avanza. Los recursos hídricos menguan al tiempo que suben las ventas de vehículos. La urbanización del modelo de vida extrae las últimas posibilidades de un territorio, un planeta, que sufre cambio climático. Pero en lugar de unirnos en pos de un futuro mejor que nos afecta por más que pongamos fronteras, hablamos de poner fronteras y demostrar ser mejores que el vecino.

Las historias post apocalípticas de los años 80 implicaban bombas nucleares que dejaban el mundo convertido en páramo. Nos hemos olvidado. Después fueron monstruos, invasiones alienígenas, y algunas de desastres naturales. Pero al final la mano del hombre se quedaba atrás, retrasada. El Antropoceno no existe en la posverdad (pamema, paparrucha, mentira a secas) y lo estamos viviendo, para bien y sobre todo, para mal.

Somos nosotros los que estamos arruinando nuestro futuro. Emisiones. Talas. Contaminación. Estilo de vida. Nada nuevo. Los romanos ya contaminaron con plomo, arrasaron mediante sus minas, removiendo tierras, fértiles lugares. Talaron. Quemaron. Y tardamos unos cuantos cientos de años en recuperar...

Hay incluso una página que lo describe. No, de Ecologistas no...

http://www.mapama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/desertificacion-restauracion-forestal/lucha-contra-la-desertificacion/lch_espana.aspx



Indica bien claras las causas:

* Clima semiárido en grandes zonas, sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias súbitas de gran intensidad.

* Suelos pobres con marcada tendencia a la erosión.

* Relieve desigual, con laderas escarpadas y paisajes muy diversificados.

* Pérdidas de la cubierta forestal a causa de repetidos incendios de bosques.

* Crisis en la agricultura tradicional, con el consiguiente abandono de tierras y deterioro del suelo y de las estructuras de conservación del agua.

* Ocasional explotación insostenible de los recursos hídricos subterráneos, contaminación química y salinización de acuíferos.

* Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío, lo cual ejerce una intensa presión sobre los recursos naturales del litoral.

La última, en especial, aunque situada al final y mezclada, es realmente lo que está sucediendo y causa de las otras. La mano del hombre...

Siempre vuelvo a Discépolo. Un trocito de su letra, de "Cambalache", que es muy profético en este mes de octubre tan caluroso...

"Dale nomás, dale que vá, / Que allá en el horno nos vamos a encontrar."

Un saludo,

jueves, 12 de octubre de 2017

La sacrosanta Constitución Española de 1978.

Antes de comenzar, yo ya he hablado de muchas maneras sobre la CE de 1978. Conozco el texto por tres vías. Leerlo en el colegio, que lo enseñaban (en Ética, sobre todo) estudiarlo en la carrera (con Ignacio Astarloa, que aunque político del PP, daba clases en la Carlos III de Getafe, y un par de clases extraordinarias y sorpresa con un "pater", Gregorio Peces-Barba) y especialmente machacarla en las oposiciones (sí, ahí es donde se disecciona de manera diferente)

La CE de 1978 es imperfecta. Como todas. No es un texto redondo. Pero hay una peculiaridad sobre el mismo que es relevante; desde el día uno, muchos de sus preceptos se han conculcado, se han torcido o reventado, y ha sido con la complacencia de quienes la redactaron y sus sucesores. Vista gorda o mirar a otro lado, qué más da. Así, cositas que parecen sin importancia se han revelado importantes. ¿Que los diputados y senadores no estarán "ligados a mandato imperativo" (Art. 67.2)? Pues sí lo están, mediante la disciplina de partido. ¿Que primero declaramos que la nación está unida sin solución de disolución (Art. 2), pero que existe autonomía? Pero... ¿Qué es nación? ¿El pueblo español del que emanan los poderes del Estado (Art. 1.3)? Y eso qué significa, ¿Que los ciudadanos (Art. 9.1 y 9.2, o la Sección II del Capítulo II del Título Primero) son entonces la fuente del poder y por tanto ellos constituyen la Nación, independientemente del territorio? Pero... eso choca con la realidad. Los ciudadanos, ¿cuándo hacen que sus poderes "emanen"? En las elecciones (Art. 23) que son... cada cuatro años. (Art. 68.4 y 69.6)

Así que tenemos que nuestra soberanía nacional se cede en unas elecciones cada cuatro años a unos representantes que no están ligados a mandato imperativo y... ah. Error. Sí lo están. A un partido. A su línea. Y esos partidos a su vez están forzados por los lobbies y grupos de presión que corresponda en cada momento. Con lo que, por el camino, hemos perdido la representación. El diputado que elegimos por Cuenca en realidad ni sabemos quién es. Es el partido. No el diputado. Ni el senador. De hecho, ni siquiera hace falta que esté en esa circunscripción (como los "cuneros" de la I Restauración) ni que la represente ni que se plantee siquiera pensar en sus necesidades. Desconexión total. 

Claro que hay más vías para lograr que el ciudadano participe. La ILP (Iniciativa Legislativa Popular) que está en el Art. 87.3. Medio millón de firmas. Pero en materias muy limitadas. Porque, ¿no lo había dicho? En el periplo de ceder la soberanía nacional a nuestros representantes, ni siquiera ellos hacen leyes. Las hacen los grupos de partido, y mayormente, el Gobierno. Así, el Ejecutivo se hace con el poder Legislativo. Supongo que a esta hora Montesquieu está rabiando en su tumba. Y no digamos el Judicial de los altos tribunales (Supremo y Constitucional) donde Gobierno y partidos cortan. Pero me estoy yendo. Las ILP serían una forma de participación más directa, ¿no?. A ver, veamos cuántos Decretos Legislativos se han aprobado de los presentados y cuántos de ILP. 

ILP: 142 presentadas. 1 aprobada. En casi 40 años...

https://es.wikipedia.org/wiki/Iniciativa_legislativa_popular_en_Espa%C3%B1a

Decreto Ley. 73 aprobados de 143 proyectos de ley. En la anterior legislatura...

https://politica.elpais.com/politica/2015/08/19/actualidad/1440011805_580128.html

Vale, descartado entonces que el ciudadano pueda votar. Pero... ¡Eh! Seguramente, en las decisiones importantes se hace un... REFERÉNDUM. La palabra más usada estos últimos meses. Esta forma de participación (Art. 92.1) parece importante. La propia redacción de "Las decisiones políticas de especial trascendencia..." ya lo indica, pero entonces topamos con... "podrán". PODRÁN. Esto es, el Presidente PODRÁ convocarlo. Desde 1978, ¿Cuántos?

3. 

https://es.wikipedia.org/wiki/Referendos_en_Espa%C3%B1a

3 veces, que incluyen el de aprobación de la propia CE de 1978 (obligado por el Artículo 167.3 y 168.3) y por tanto era insalvable. Los otros dos, la entrada en la OTAN y la aceptación de la Constitución Europea (que nadie habrá leído...)

Por ello, el ciudadano de a pie, puede preguntarse. ¿Qué me queda para participar? Las elecciones municipales y autonómicas, los referendos de sus Estatutos en cada comunidad... y poco más. 

Cuando desde el 15M se empezó a hablar de II Restauración, yo aplaudí. Es lo que llevo pensando desde que tengo conocimiento de nuestra Sacrosanta CE de 1978. La Transición (también "sacrosanta") fue en realidad la copia de un modelo que funcionó más o menos bien desde 1874 a 1931. Sin descartar sus tensiones (Guerra Carlista, desastre de 1898, huelga revolucionaria de 1917, Marruecos en 1909 y 1923...) el modelo funcionó por la connivencia de poderes. Militar (como policía interna) Eclesiástica (como educadora principal) y Económica (como motor e impulso y control de los súbditos). Hoy día eso no ha variado tanto, a pesar de las libertades concedidas (que no ganadas...) y de la práctica copia del modelo autonomista de la CE de 1931 (que, por cierto, y tal y como me reconoció el propio Ignacio Astarloa, no había sido derogada formalmente por ninguna cámara legítimamente elegida, si no inter armas...) donde además se intentó una integración de los modelos nacionalistas en un marco amplio. ¿Error? En la indefinición del modelo constitucional, se buscó un presidencialismo de hecho que no de derecho, un reparto de competencias que satisficiera a todos pero también creara sensación de poder, y un modelo de ciudadano que no viera sus derechos muy recalcados ("De los principios rectores de la política económica y social", Capítulo III del Título I, donde hay "poderes públicos" pero no realmente derecho alguno...) y que se dejara guiar por el intrincado laberinto de leyes que España, con profusión, genera. Chapó. Tenemos todo atado. 

La CE de 1978 es imperfecta pero también porque se ha buscado su imperfección erosionándola desde dentro. No es inamovible (recordemos cuántas reformas ha habido y cómo se han llevado a cabo...) ni tampoco insustituible. No es más que una redacción o contrato legal de ciudadanos, algo que, como decía Thomas Jefferson, cada generación tiene derecho a revisar. En más de 40 años, el inmovilismo y la inercia la han dejado obsoleta. Por mal uso o desuso, por uso torticero o por abuso. Y hoy, si estamos donde estamos, es porque los ciudadanos han perdido la confianza en ella. Nunca fue un texto sagrado, pero ahora mismo, ni siquiera es un texto que genere confianza.

Animo a todos a leerla una vez, que seguro está en el estante, al lado de "Don Quijote", otro libro que todos poseemos pero prácticamente nadie lee. Quizá se sorprenda. Quizá se asuste. Quizá se enfade. Pero seguro que podrá encontrar (yo no he hablado ni de una centésima parte...) cosas que le sorprenda al lector. Y quizá, la próxima vez que haya un "Rodea el Congreso", se plantee llevarla en la mano, como el "Libro Rojo" de Mao, y diga algo así como... 

"Eh, que aquí pone..."

Aunque me da que es tarde. Como siempre. Marca España. O Hispánica. 

Un enlace para recordarla...

Un saludo,

martes, 10 de octubre de 2017

Autobombo y promoción.

Aborrezco mucho eso de tirar de redes sociales para promocionarme. Bueno, de redes de cualquier tipo, te acabas enredando en una falsa sensación de amor colectivo que no existe, y cayendo en peleas que tampoco tienen sentido alguno. Alguna vez lo he dicho, no sé hasta dónde se está vendiendo el producto (libro, película, música) y desde dónde o cuándo el autor. Es una especie de prostitución.

De todos modos, y por eso de que no es únicamente mi libro el que se vende, lo promociono aquí (y os pido que lo difundáis) porque forma parte de un pack interesante de Ebrolis. Seguro que disfrutáis de los demás libros tanto como yo he disfrutado con alguno de ellos... :)

Aquí podéis comprar el pack


Un saludo,