Buscar dentro de este batiburrillo

lunes, 18 de enero de 2016

Llegaron.

Hoy han llegado mis 10 ejemplares para repartir entre familia y amigos. Están asignados, claro. En el caso de mis betalectores, uno para cada punto de vista que me ayuda a comprender si lo que he escrito merece la pena, es mejorable o directamente descartable. Son buenos lectores. Y cada uno tiene un enfoque rico, diferente y amplio que me ayuda a crecer. Gracias, Emilio, Fani, Igor, Rafa y Santi. Otro que lo es, pero que es familia, es mi hermano Ángel, completamente más áspero, duro, incisivo, crítico e insobornable que cualquiera de ellos. Toda mi vida he crecido gracias, no a la sombra, de esa crítica. Es la que me ha enseñado mucho, y también, por qué no reconocerlo, a ignorar esa crítica cuando a mi pereza le conviene. Gracias, Ángel. De verdad. :)

Son 500 ejemplares en papel, tacto agradable, portada inteligente, pícara. También estarán en Amazon, aunque quizá su precio no es el que yo hubiera decidido, pero aquí el contrato editorial manda. En febrero, supongo, tocará empezar la presentación, nada solemne ni amplio, a fin de cuentas, soy un tipo que escribe de vez en cuando y empieza en una editorial nueva, como es Newsline. Dinero, poco; riqueza, escasa. Pero esto se hace por aquello que dijo en "Los descubridores" un hombre impresionante, Daniel J. Boorstin. "El foro público de la obra impresa mejora el producto". Y es que mis amigos, familiares, conocidos, son todos gente estupenda, pero (salvo mi hermano) carecen de la distancia apropiada para despegarse de mí y leer lo que leen sin prejuicios. Aunque me confiesan (puede ser verdad o no) que lo logran, que se olvidan de mi voz, de mi presencia. Si eso es cierto, he dado el primer paso con éxito, que en mis relatos se narren historias sin mí.

De todas formas, olvido un crítico inasequible, inteligente, agudo, alerta. Él sabe. Como el de Carneiro, reconoce. Y hoy me ha sorprendido... se ha rascado con la solapa de cartón de la caja. Eso es que le daba gustito. Ya es algo.