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miércoles, 14 de abril de 2010

Aniversario

Sí, hoy se cumplen 79 años desde aquel otro 14 de abril de 1931, cuando en España sucedió aquello que trastornó tanto al almirante Aznar. "¿Qué más crisis quieren ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y se levanta republicano?"

Hay que recordar la España de entonces, para comprender lo que sucedió.

Un país donde la mayoría era analfabeta, retrasada en lo económico y abocada a un servilismo agrario muy fuerte.

Un país donde los que tenían cierto poder decisorio habían descubierto que la monarquía de Alfonso XIII se tambaleaba y movía entre las decisiones acomodaticias de su monarca. Primero, un respeto al turnismo caciquil; luego, una caída en la moda de los fascismos con Primo de Rivera; y finalmente, tras haber probado diversos tipos de regímenes, como dijo Josep Plá, se acomodó a la realidad del momento, la fuerza republicana.

Un país, definitivamente, donde la aspiración de algunos, minoría ilustrada, era la de sacarle de problemas seculares. Un excesivo protagonismo de la Iglesia Católica, una fuerte diferencia social y económica entre los ricos latifundistas y la masa campesina y obrera de nuevo cuño, un claro retraso tecnológico e incluso cultural... las formas de salir de esos problemas, no obstante, eran las que generaban mucho debate.

Y entonces sucedió. De pronto, el país descubrió que podría ser republicano. Que podría cambiar a sus gobernantes. Que podría iniciar otro camino. E igual que la legalidad es un asunto de consenso social, la sociedad decidió cambiar la entonces actal legalidad por otra. Y lo hizo sin matar a nadie. Eso es lo chocante, ¿verdad?

Porque cacareamos mucho de la "transición pacífica" de España en los 70-80. Pero ahí hubo varios cientos de muertos por asesinatos políticos. En el caso de 1931, hubo ilusión, esperanza, desconcierto, novedad, pero no hubo esa tensión social de la "transición pacífica". Todos querían que la República cumpliera con todos, y por ello, todos esperaban que esa fuera "su" República.

Pero no lo fue. Entonces no se sabía, pero no lo fue. Las más altas expectativas suelen degenerar en las más sombrías decepciones. Y pronto, muy pronto, cuando algunas de las ilusiones parecían hacerse reales (separación del Estado y la Iglesia, reparto más equitativo de la riqueza, mejoras en la educación, modernización del ejército, cambios en las estructuras burocráticas del Estado y descentralización del mismo...) los que entonces sentían que España no debía repartirse, si no únicamente ser de ellos, empezaron a conspirar. Los March, los Sanjurjo, los Gomá... dinero, ejército, iglesia.

Celebremos que hace 79 años hubo una ilusión y la primera democracia real en España. Hoy, muchas de sus aspiraciones las ha recogido el estado monárquico constitucional, pero otras aun no.

¿Será el momento de plantear entonces un paso adelante en la construcción de una III República? Francia va por su V...

Un saludo,