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martes, 7 de diciembre de 2010

Libros electrónicos

¡Por fin me ha llegado a casa mi regalo de cumpleaños! gracias a Cris, tengo el nuevo Kindle de Amazon, en 6", recientito y ya cargándose de libros. Pero... todo tiene un pero.

Si quiero comprar libros en inglés, en Amazon, la verdad, es que salen a buen precio. Unos 3-4$ de media, que al cambio se quedan en poco más o menos de 2-3€, y a veces menos. Una miseria, por un libro bien cuidado y editado, compatible en formato con mi lector electrónico. Claro que todo en inglés, salvo algunas curiosidades en castellano más bien de iberoamérica.

Si quiero comprar libros en castellano, en la Casa del Libro, por ejemplo, me encuentro con que salen por... 15-20€ cada uno. ¿Cómo, 15-20€? sí. Por un formato que leo como un libro de bolsillo, por muy cuidado y bien editado que esté. Esto es, los comerciantes del tema, en España, se siguen creyendo que el coste es el mismo. Y ahí es cuando me doy cuenta de la miopía...

A ver, señores. Es como la puñetera industria discográfica y la del cine y demás. No se han dado cuenta aun de que la mayor parte de la humanidad consumista pagaría, encantada, 2-3€ por disco-película en descarga legal, de calidad, y no los 20-30€ que cuesta un disco a veces (que ya parece el periódico con tanto regalo absurdo que trae) o los 15-20 € que vale un DVD normal, ni digo ya los nuevos formatos con miles de Gigas de información para la misma mala calidad de película... y con esa absurda intención de seguir cobrando lo mismo por otra cosa, porque el contenido es el mismo, pero el formato ha cambiado, no se dan cuenta de que abren la puerta al consumo pirata desaforado.

Libros. Yo tengo una buena librería en casa, unos 1.000 quizá. Adquiridos con mimo, cariño, búsqueda, y sobre todo, pasta. Algunos son, o eran, difíciles de encontrar. Tengo incluso fotocopiados dos o tres libros que son imposibles de encontrar ni en segunda mano (aunque yo también tengo aversión a la segunda mano... algunos preferirán los libros sobados, anotados, subrayados, abiertos con el lomo roto... yo eso lo odio, me encanta que tengan el mismo aspecto de recién comprados que tenían) y creo que no voy a dejar de comprar los libros en papel con cuyas formas, tamaños, colores, tipos de letra y un largo etcétera estoy acostumbrado. Pero hallar libros que son complicados, sin visitar una librería tras otra, y poderlos leer con comodidad, accediendo en un viaje o fuera de mi casa a mi pequeña biblioteca, es un placer. El libro electrónico me parece un gran invento, pero como todos los anteriores, está siendo mal explotado. Muy malamente.

Igual que sigo viendo cine y oyendo música, no voy a dejar de leer. El tema es que igual que aprecio una edición cuidada y una imagen adecuada en una peli, y una calidad sonora en lo que escucho, también quiero tener una edición limpia, correcta, sin erratas ni saltos de línea ni formatos incómodos en lo que leo. Y a día de hoy, si la industria del libro no se da cuenta y se pone las pilas... me temo que verán otra oportunidad, como sus primos, perdida. Y es que el negocio no es poner garbanzos a precio de trufas, si no cada cual al precio que les corresponde. Se venderán siempre más los garbanzos... y si no, pregúntenle al espíritu de D. Benito Pérez Galdós.

Un saludo,