Hay dos maneras de considerarlo.
Una, sería la extinción masiva del hombre, su desaparición de la faz de la tierra. Nada descabellado. Cuando perezcamos todos, la libertad se habrá consumado.
Otra, la utópica. Inalcanzable, porque somos seres humanos.
Por tanto, siendo hoy breve, me inclino por la primera opción. Una respuesta absoluta, pero cierta. O, al menos, honesta.
Un saludo,
viernes, 19 de marzo de 2010
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