Buscar dentro de este batiburrillo

martes, 3 de junio de 2008

... y ya le echaron.

"¡¡Ba-lon-ces-tooooo!!"

Fue un grito sereno y templado, pero furioso y con rabia. Ahora mismo resuena con más eco en nuestros oídos, pues su autor, Pepu, ha sido despedido. Con alevosía y premeditación.

A la FEB le ha interesado más la imagen que el deporte. A la FEB le ha podido la codicia del ávaro miope que no ve más allá de sus narices. Y a la FEB le va a costar un disgusto, puesto que no solamente pierde al entrenador que le ha dado los mayores títulos, si no que va a perder al autor de una serie de valores puestos en cancha de manera práctica, y que ahora, en nuestros días, tenían más valor que el oro de Pekín.

Vaya mi admiración por Pepu, por la honestidad con que ha actuado (al menos, eso me parece) y sobre todo, por lo conseguido. Y al contrario, vaya mi desprecio a la FEB y su actitud mercantilista, antideportiva y malversadora. Si ya dije que me parecía lamentable la actuación en el Europeo de la FEB, ahora lo refrendan ellos con su decisión.

Queda ver quién sustituye a Pepu. Aíto es el que más suena, y también Scariolo, no sé por qué. Me quedo con Aíto. Ver a ambos en el Palacio de los Deportes de Madrid durante aquella final que bien pudo haber sido repetición del ambiente del Europeo pero no lo fue, en la Final Four, dió que pensar a muchos. A mí, al menos. Y más cuando fue escrupulosamente cumplidor con su contrato y Pepu anunció su marcha con 4 meses de antelación. Y digo, si estaba en el contrato, ¿a qué viene ésta absurda destitución? A que en nuestro país, España, siempre matamos la gallina de los huevos de oro, pero no antes de arrastrarla por el fango igual que antes la entronizábamos. Veremos ahora qué dicen los periolistillos del papel higiénico...

Un saludo,