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domingo, 25 de enero de 2009

I'm fed up and tired about religion

Aviso internacional: I HATE religions all over the world. They have just created the WORST of all conditions for human life and the living creatures around us. They must be ERASED from Earth.

Traducido, que estoy muy harto. Poner pegatinas descafeinadas en buses diciendo que probablemente dios no existe (tibio, cobarde, neutro) provoca la respuesta encendida de un ultraderechista y ultraconservador como Rouco, la descalificación de periodicuchos escritos por peridistuchos y gentuza variada, como un "ataque a derechos fundamentales, principalmente el de la libertad religiosa". Pero vamos a ver, ¿qué entiende esta gentuza, esos sotanás, esos castradores por "libertad religiosa"? ¿que solamente ellos tengan potestad para dirigirse a los sentimientos de las personas, sean los que sean?

Yo de momento ya lo tengo claro, dios en minúscula. No merece que sea correcto gramaticalmente. Y además, una declaración clara; todo aquel religioso que me insinúe una sola vez algo de su dios, de su religión, cualquier cosa, percibirá dos reacciones; la primera, de absoluto rechazo. La segunda, al ver que no sirven de nada los argumentos, puesto que es un sentimiento, de indiferencia e incluso tratamiento despectivo. Estoy harto.

Las mujeres, como siempre, foco de maldad. La píldora y el aborto, crímenes. El cambio climático, que por lo visto existe, si existe por culpa de lo anterior combinado. La moral, que sea la de ellos, pública, en escuelas, inserta en la educación, donde ellos, grupos privados, pueden enseñar valores, pero no los Estados. Y los no creyentes, los ateos, la maldad encarnada de las ficciones que ellos declaman en sus púlpitos.

No, definitivamente, no. Las religiones son un daño para el ser humano. No confortan. No mejoran la vida de quienes las practican. No hacen progresar ni material ni espiritualmente. No son, finalmente, positivas en ningún caso.

Durante la historia de la humanidad, siempre se ha buscado una respuesta a la inquietante pregunta de "Quiénes somos". Se ha intentado responder con un "de la creación de un Dios" pero sin solventar con ello la pregunta principal, es más, generando múltiples nuevas preguntas sin soluciones claras. De hecho, una respuesta podría ser que "somos quienes queremos ser", tan sencilla y desprovista de divinidades que parece obvia. Sobre la de "A dónde vamos", igualmente se puede decir, "donde queramos ir". Y la más compleja, "De dónde venimos", ya la comenzó a responder una pléyade de individuos capaces en las más diversas disciplinas. Aun montamos el puzzle, pero en la ecuación, desde luego, no hay una variable que pueda responderse como "dios".

¿Acaso es tan complicado? No, lo hemos complicado nosotros, dándole un poder moral y represor a individuos que abanderan religiones como respuestas a las anteriores preguntas y otras muchas. Nos hemos desvirtuado regalando el poder de decidir nuestras vidas, en la medida de lo posible, a malversadores, impostores, lunáticos y mentirosos que han tomado decisiones catastróficas por nosotros. Por dejarles tomarlas, por no detenerles, por no acabar con ellos antes. Las religiones son el marco de éste problema tan profundamente enraizado en nuestra historia...

La verdadera separación del Estado y la Religión es casi utópica. La segunda es como una amante despechada que acosa, vigila, sigue los pasos del primero para chantajearle moralmente y que, si logra reestablecer la relación, lo hace de un modo tiránico y absoluto. Por eso, quizá la única forma de separación es la de eliminar a la Religión de la pareja. Y como un Estado no cambia de domicilio, de teléfono o de cuenta de correo, la única forma que queda es la eliminación total de dicha pareja.

La única violencia de "género" que yo, personalmente, aceptaría.

Un saludo,

miércoles, 14 de enero de 2009

Sión, Hamás, antisemitas y otras hierbas mal cocidas...

A día de hoy, la enésima ofensiva israelí sobre territorios palestinos provoca como siempre las diversas reacciones de muchos países y personas. Algunos aplauden, argumentando que es su derecho para defenderse de la continuada agresión de los palestinos y quienes les apoyan (Irán, principalmente) y que desean barrerlos de la zona. Otros lo rechazan, con la Kefia, reminiscencia hippie y símbolo de la resistencia a un pueblo opresor, diciendo que no es el camino. Entre medias, de todos los colores...

Yo no soy antisemita, pero sí tengo cosas en contra del Sionismo. La primera y fundamental, que pretender fundar un estado en el mismo territorio donde ya existía otro estado o algo similar es una barbaridad. Eso llevó a los judíos al terrorismo contra ingleses y franceses (algo que a día de hoy no se recuerda convenientemente...) y luego a los palestinos contra los judíos. Hay una película, "Hanna K", de Costa-Gavras, que lo refleja con especial crudeza. Un palestino que vuelve a su vieja casa, robada por una familia israelí. Algo similar de lo que ocurrió cuando los judíos de Europa volvían a sus hogares en Polonia o en otras zonas; sus casas las habían ocupado otros...

Digo que estoy en contra del sionismo también porque los movimientos nacionalistas me ponen enfermo, pero los nacionalistas con un fuerte componente religioso que buscan fundar estados casi teocráticos, aun más. Me temo que este es uno de los casos.

Pero claro, no todo es blanco y negro. Igual que me opongo como he dicho al sionismo por esos dos puntos, rechazo de plano las soluciones tomadas por los estados teocráticos y menos democráticos de los alrededores de Israel. Montar una guerra de "exterminio" contra los judíos echándoles de allí. Cierto que las razones existen, a fin de cuentas, ellos llevaban viviendo allí más o menos los últimos 2.000 años desde que Adriano decidió que ese pueblo ultrarreligioso era intratable y los expulsó. Pero en el debe de los países teocráticos musulmanes (otro nacionalismo religioso igual de peligroso, con el agravante de la menor democracia) está que no usen nunca términos negociadores de calado y, sobre todo, usen ayudas materiales para que los refugiados y demás se encuentren en mejores condiciones. Quizá lo hacen, pero como los misioneros, que antes de dar la cucharada de comida obligaban a recitar la Biblia en verso...

Así pues, enemigos irreconciliables... o no. En el primer punto, Israel usa diplomáticamente siempre que puede el antisemitismo para defender sus acciones. En el segundo punto, los palestinos, Hamás y otros, usan el "contubernio judío" internacional y otros males variados para justificar sus acciones, presentándose como víctimas. Tan víctimas son los miles de palestinos arrasados por tanques y excavadoras como los cientos o menos de israelís arrasados por cohetes, suicidas y otras cosas.

¿Qué queda? Negociar. Moshe Dayan, que luchó y ganó la famosa guerra de los 7 días, dejó claro que, tras la guerra, tocaba la negociación. Y mejor otra negociación y un pacto para la convivencia que la guerra de nuevo... pero eso no valida los "No a la guerra!" tan extemporáneos que se sueltan a veces. Más bien, refrenda que todo es negociable, pero si hay verdadera voluntad. Y quizá la misma venga por dejar aparcado el tema religioso y pensar en montar una comunidad multicultural con representatividad en el parlamento, más del tipo Un Estado, Dos pueblos. Ah, que Yugoslavia fue así y se fue al garete... ¿entonces, seguimos viviendo masacres?

Un saludo,

miércoles, 7 de enero de 2009

Dioses en el autobús, píldoras y contaminaciones varias...

Richard Dawkins apoyó una campaña en Londres para colocar publicidad en los buses de dos pisos que decía "There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life". Toda una declaración de principios, respetuosa y sensata.

Tal "atentado" a la libertad de fe de los ultras religiosos sentó muy mal, y en España, un miembro de la Iglesia Evanjélica (desde que lo leí así escrito, lo lamento, pero no puedo menos que reproducirlo... si es que creen, pero no en la gramática) ya ha puesto anuncios diciendo que sí existe un dios y que hay que vivir en Cristo. Como Dios manda.

Probablemente, los autobuses contaminan, y al poner publicidad en ellos, la Iglesia Evanjélica en España está contribuyendo con su publicidad pagada a la EMT y otros consorcios de transporte a dicha contaminación por gases del tubo de escape, pero claro, L'Osservatore Romano ha dejado bien asentado que la contaminación y cambio climático no es culpa de éstas prácticas, si no de... las mujeres.

Sí, los autobuses son medios de locomoción, pero las mujeres son medios de contaminación. Así queda establecido por un "científico" artículo por el que las hembras, por tomar la píldora, liberan en la orina cantidad de toneladas de hormonas maléficas que provocan infertilidad masculina y el susodicho cambio climático, puesto que sus pises van al amplio océano (suponemos) y de ahí al resto de la humanidad... ¡cuánto mal provocan éstos súcubos, hetairas sin alma que, no contentas con estar impuras cada período lunar con su aberrante sangramiento, ahora nos contaminan todo!

Así pues, otro año que pasamos viviendo el integrismo de la religión que tenemos más cerca, la basada en un rebelde judío que ni siquiera puede que existiera, hijo de una violación por parte de algún romano de guardia en aquella fanática provincia y que ahora sigue en guerra, y sobre todo, de aquellos estultos próceres de las instituciones religiosas basadas en sus mentiras que, no contentos con dejar de aplicar las leyes de una República teóricamente laica como la italiana en el Vaticano (por supuesto, es mejor sodomizar monaguillos y pagar por ello con varios padrenuestros que con la cárcel...) pues ahora se lanzan, por medio de los mil y un agentes que nunca les faltarán a contaminar las cabecitas de muchos con el estiércol de la mentira, del sexismo y de la manipulación clerical...

Cambia el año, pero todo sigue igual, ¿no?

Un saludo,