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lunes, 30 de mayo de 2011

Recuerdos

Hay sueños, o historias (a veces son lo mismo) que merecen la pena guardarse en el recuerdo. No convertirlas en secretas, pero sí en algo personal, un tesoro imposible de compartir con otros. Quizá tendamos a guardarlas bajo llave mucho tiempo hasta que, de pronto, un día deciden fluir y piden ser escuchadas. Normalmente, para ello hace falta que una persona quiera sentarse con la otra y oírlas.

Tendemos a ver nuestra vida con ojos de inmortalidad. Ni siquiera las enfermedades nos hacen temblar en esa convicción. Creemos que, por ser conscientes, por sentir el mundo a nuestro alrededor, todo eso perdurará siempre, no cambiará. Un banco en el parque, bajo la sombra de hojas verdes que se mueven, es intemporal. Pero la memoria entonces recuerda lo que hubo en ese lugar antes, y antes, y después. Recuerda momentos que sucedieron allí, una palabra, un gesto, un hecho. Y entonces el tiempo se difumina.

Creemos en nuestros recuerdos, en lo que percibimos entonces. Construimos nuestra realidad con ellos. Y cuando se nos presenta la perspectiva de perderlos, de que se queden encerrados con nosotros, en un momento en que sabemos que no nos queda mucho tiempo, sentimos miedo, sentimos la necesidad de contarlos. Pueden ser nuestro último regalo.

Aunque tengo 34 años, sigo sintiéndome muchas veces como un niño de 10 u 11 años en ciertos momentos. Hay recuerdos que no se van, difusos, alterados, pero su esencia permanece. Recuerdo muchas cosas, buenas y malas, y la memoria estará conmigo y con quienes los comparta. Un día, no estarán más en mi cabeza, y serán de otros, quienes harán con ellos lo que deseen. Guardarlos o contarlos de nuevo. Será mi regalo.

Mi padre tiene 81 años, y sus recuerdos empiezan a ser míos. Es su regalo.

Un saludo,

lunes, 23 de mayo de 2011

Una cuestión técnica

Con los últimos días, he recordado el rollo que resulta estudiar las leyes y demás de nuestro país. Pero un tema concreto con facil respuesta me asalta y querría analizarlo.

Es el tema del sistema electoral.

Según nuestra CE, es una materia de Ley Orgánica (art. 81) Este tipo de leyes es de las que necesita mayoría absoluta y ser aprobada en el Congreso (actualmente, 176 votos) y luego en el Senado (actualmente, 133 votos) donde si no pasa, puede ser de nuevo devuelta al Congreso y pasar allí por mayoría simple (la mitad más uno de los votos emitidos, sean los que sean)

Actualmente está en vigor la LOREG, del año 1985, que derogó lo anterior, significativamente un Decreto-Ley de 1977, que decía literalmente en su articulado que "EL SISTEMA ELECTORAL PARA EL CONGRESO SE INSPIRA EN CRITERIOS DE REPRESENTACION PROPORCIONAL CON CANDIDATURAS COMPLETAS, BLOQUEADAS Y CERRADAS, CUYA PRESENTACION SE RESERVA A LOS PARTIDOS Y FEDERACIONES (...) LA DISTRIBUCION DE ESCAÑOS SE REALIZARA DE ACUERDO CON LA REGLA D'HONDT, (...) SUPONE UN PODEROSO CORRECTOR DEL EXCESIVO FRACCIONAMIENTO DE LAS REPRESENTACIONES PARLAMENTARIAS" (mayúsculas en el original)

Es decir, desde el mismo inicio del actual sistema de representación, se dejó clara la fórmula de voto indirecto, ponderado, que fuera sobre todo para PARTIDOS POLÍTICOS y similares, pero no tanto para que los ciudadanos encauzaran su participación de otra manera. En resumen, se buscaba una PARTITOCRACIA.

Así, ¿algún partido tendría el coraje y valor suficientes para cometer un suicidio del sistema cambiando la representación indirecta por la directa? Un cambio así sería atacado siempre; si lo hiciera el PSOE, buscando como cálculo político el atraerse descontentos para ampliar la base, seguramente olvidaría lo prometido o buscaría soluciones cercanas pero falsas. Si lo intentara el PP, socavaría, no mucho, la base que tiene y que depende mucho de la abstención. Al PSOE no le interesa mucho, pero en plena crisis, puede intentar hacerse con este tema. Al PP no le interesa tampoco, pero puede bloquear y buscar la manera de que quede en nada o en un tema vigilado...

Quedan IU y los minoritarios nacionalistas (CIU, PNV...) que están en el Congreso. Se unirían según pactos e intereses, pero no por verdadero interés salvo IU, a quien sí le interesa (son entre 1 y 2 millones de votos) y por supuesto, UPyD, que ha entrado ahora en las instituciones autonómicas y locales. Los dos últimos apenas reunen los 2 millones de votos, y eso es mucho en términos directos, pero apenas una migaja en el sistema proporcional...

En resumen, dudo que en 2012 nadie tenga el coraje de proponer un cambio real en el sistema electoral. Porque esto no es una democracia, es una partitocracia. Y las oligarquías siempre quieren seguir siendo eso, oligarquías... el vulgo es plebe, y la plebe es sangre, mierda y dinero.

Un saludo,

domingo, 22 de mayo de 2011

Oh, caramba, ganó el PP

Sí, amigos. La derecha es disciplinada. Es como los partidos comunistas de siempre, se encuadran claramente en el voto del partido, da igual quién esté en él. Importa poco si es un imputado (había unos cuantos en estas elecciones) o un tipo desagradable que dice cosas inquietantes. Da igual que desprecie, ningunee o haga cosas que darían vergüenza a una doncella renacentista. Lo cierto es que el PP ha logrado lo que logra siempre en elecciones cuando las izquierdas no tienen el recurso del miedo o están, como ahora, desubicadas, desorientadas, asqueadas con el falso paladín que es el PSOE o escépticas con las capacidades del vacío IU (sin Anguita, no es ya vacío, es patético). La derecha es, siempre, disciplinada.

Más o menos, una buena mayoría de españoles, ahora van por unos 8 millones, son esa mayoría "silenciosa" (en absoluto, hay que escucharles en bares, tertulias, oficinas de trabajo, taxis y otros "foros") que es conservadora-tipo y posee su lugar dentro de la pirámide poblacional y generacional. El resto que están votando, sienten como un pollo descabezado todo lo que está sucediendo, y unos cuantos se aferran a la disciplina menos cohesionada o a cierto idealismo. Y mientras, yo me pregunto... ¿y ahora qué?

Porque lo de Sol y otras ciudades (no ha sido solamente en Sol, colegas, ha pasado en muchas otras ciudades y, cosa inédita, en multitud de embajadas y consulados en el extranjero... curiosa manifestación nacionalista...) es algo diferente, nuevo, y es un problema que se ve de BASE. Las reformas, nos guste o no, nunca funcionan cuando las hacen desde dentro los que forman parte del sistema que les funciona, porque son retoques cosméticos y parches temporales (los peores, suelen acabar siendo estructurales...) que un día sueltan de nuevo pus y mugre. Y la base sigue siendo el habitante, el ciudadano, el miembro de la polis, el político en su primer estadio... tú y yo, nosotros, todos.

Yo a esto no lo llamaría revolución. Una revolución cambia todo de manera bastante más radical y rápida. Tampoco lo llamaría "indignación" momentanea que se acabará. Eso tampoco es, ha sido un grito dado con mucha organización. Así que toca pensar y ver qué llega ahora. Quizá las revoluciones, como dice Michel Onfray, tengan éxito al hacerlas en nuestro entorno, a nuestro alrededor, haciendo política en pequeñas dosis en nuestro ambiente más próximo. Y eso es posible, a tenor de pequeños ejemplos que puedo haber visto a mi alrededor.

Así que, repuestos de la "sorpresa" de que haya ganado el PP, yo veo cambio. Ligero, pero hay algo. Y la cuestión es... ¿esperamos varios años o comenzamos ahora con ello? Porque los cambios empiezan en uno mismo y alrededor de uno mismo.

Un saludo,

martes, 17 de mayo de 2011

El Manifiesto

Hay un montón de gente que de pronto une sus voces de protesta en la calle contra el sistema político, y de la plataforma convocante, aparece un manifiesto:

http://democraciarealya.es/?page_id=88

Leyéndolo, uno quiere creer que saben dónde van, que tienen claras las ideas, que van a aglutinar al pueblo (¡pueblo! el demos es daimon, ...) y que lograrán un cambio donde todos estemos de acuerdo. Pero entonces choca la realidad con la velocidad de un tren de mercancías y todo se acaba.

No es que la poli les aporree por pensar y usar los derechos que se supone tienen; no es que salga un cura y diga que le parece bien si vuelven a misa los chavales; no es que un par de partidos de izquierda cuelguen y descuelguen su manifiesto rápidamente tratando de arrimar agua a su molino; no es ni siquiera que sean bienintencionados y al tiempo incapaces. Es que las cosas no van así, y la Historia (la que va con mayúsculas) lo ha enseñado.

Los derechos no se ganan con una negociación donde las partes sonríen, si no con negociaciones donde las partes sonríen y apuntan con sus armas a la otra parte, esperando que eso les disuada. Somos primigeniamente violentos con un barniz fino de buena educación. Los reyes en Francia no se fueron por respetar la voluntad de los Estados Generales; los burgueses en el siglo XIX no lograron su acceso a la política contra la nobleza bajando el precio del pan; los Zares no se fueron de Rusia para dejar que los Kerenski y los Soviets se repartieran el poder. Al final, el poder, es violencia. Y si no, pregúnten a los -ismos idealistas del siglo XX; fascismo y nazismo, militarismo y autoritarismo.

Sinceramente, no sé cuán mal están las cosas en la calle. Dicen que hay 5 millones de parados, pero hablan de descubrir unos 4 millones de empleos en negro. Dicen que nuestra economía está fatal, pero salen 100.000 personas a celebrar el ascenso de un equipo de fúrgol, a beber, a comer, a los cines y teatros. Dicen que los políticos dan asco, pero luego siempre salen elegidos los mismos. Vale, en esto último tienen la culpa ellos mismos, por hacer un candado electoral de nuevo caciquismo que funciona. En esto estoy con el Manifiesto.

Pero las manifestaciones no son más que un paso. Y el siguiente, si de verdad quieren cambiar el sistema, es el de subvertir el mismo. Es atacar las raices de los problemas. Es poner a las fuerzas ejecutoras de la violencia estatal (los llamados "cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado") de su parte. Y ya se sabe, si ganas buen dinero, no cambias de amo...

Por eso espero a que venga la revolución. Con escepticismo, con cinismo en muchos casos, con comentarios irónicos. Quizá el sabotaje y el terrorismo serían las vías, pero nos han vacunado bien contra eso (ETA, AlQueda) para eliminar a los indecisos, a la burguesía que ejerce de buen colchón. Sobre él, las oligarquías, bajo él, las pelusas.

Así pues, indicad en un Manifiesto que habrá purgas, que se asaltarán los palacios del poder (sean los que sean) que se buscará la complicidad de la poli y el ejército, que se buscará un sistema nacido del fuego, con entrañas de lava y fuerza volcánica, y a lo mejor me lo creo. De momento, no. Y así pues, seré un contrarrevolucionario más al que odiar. O un idealista menos al que marginar.

Un saludo,

jueves, 12 de mayo de 2011

Reflexiones innecesarias

Me encuentro ahora escuchando un viejo programa de Trecet. Esos que hacía de buena música entremezclada con su sentenciosa forma de hablar. Me sorprendo escuchándole hablar de temas del año 2008. Casi como si hablara de la Babilonia de Hammurabi.

La cuestión es que escucho sus reflexiones, sus pareceres de la vida cotidiana, sobre la música, la política, la sociedad, la belleza, el arte, el cine... echo en falta una persona así, cargante, pero plena, que opina de todo, sí, con mayor o menor acierto, pero en general con bastante más aproximación a la otra belleza, la verdad, que otros muchos.

Ahora mismo, no logro hallar en la radio o en la televisión o en otros medios a persona alguna que logre erizarme el vello del brazo con una opinión o frase o reflexión como hacía este hombre. Ya comenté en otra entrada mis dos pérdidas en pocos días, Tony Soprano y Ramón Trecet. Sí, lo sé, es irónico que hable de dos mafiosos, uno que no lo quería ser y otro que no lo quería parecer. Pero a Tony le encontré sustituto, ¡y vaya sustituto!. McNulty y "The Wire" ocuparon, rellenaron y mejoraron el espacio de "Los Soprano". En cambio, con Trecet... el vacío sigue ahí.

Ahora mismo, el mundo sigue moviéndose con lenta y exasperante monotonía, alterada por ligerísimas erupciones de verdad en la superficie, pero sin mostrar de hecho la dura realidad bajo su manto. El mundo sigue siendo un lugar asqueroso, enfangado por culpa del hombre en una estúpida carrera a la muerte sin reflexión alguna. No hay nadie que levante su voz con la fuerza y alcance suficientes como para manejar con solidez los cientos de problemas que hemos creado o agravado. En su lugar, hemos dejado a los charlatanes, impostores, falsos líderes y demás calaña, ocupar el lugar preeminente en la gestión de lo importante en nuestra vida. Debemos la vida a los bancos, a las empresas, que nos esclavizan en un sistema del que ya no podemos ni queremos salir. Sabemos que matamos, que robamos, que usurpamos a otros, directa o indirectamente, con nuestra forma de vida. Pero en cambio, por muchas llamadas a la indignación que se hagan, de viejos sabios que fueron más jóvenes que nosotros, seguimos prefiriendo la anestesia y la venda en los ojos. Somos ciegos bailando la danza de la muerte.

Quizá reflexionar se haga innecesario. No nos gusta mirarnos al espejo y ver algo que no debería estar ahí. Queremos ser jóvenes, atléticos, atractivos, inteligentes, actuales, modernos, ricos, estupendos. Peor aun, queremos creer en la falsa imagen que nos venden de nosotros, distorsión digna de los espejos del callejón del Gato, donde ya nadie mira. Somos esperpento, somos absurdo, pero vivimos como si nuestras vidas fueran un bello diseño matemático. Entonces, ¿para qué pensar, para qué dudar?

Innecesario reflexionar. Solo sirve para rompernos la ilusión.

Un saludo,

martes, 3 de mayo de 2011

Comparaciones XX-XXI

En 1945, las ideas estaban claras. El enemigo era un grupo de dictadores que regían estados fascistas y corporativistas. Mussolini, en Italia, Hirohito y Tojo en Japón y Hitler en Alemania. Los tres, junto con otra pléyade de dictadores y gobernadores menores (pero no por ello menos convencidos de la justicia y necesidad de sus decisiones brutales) formaban el "trío maldito" al que se enfrentaban las democracias de Gran Bretaña y EE.UU. Churchill por su resistencia, y Roosevelt por su capacidad, crearon la alianza junto con el equívoco Stalin contra los anteriores. Todos tenían claros los objetivos; a Mussolini no pudieron juzgarlo porque fue asesinado con su amante. A Hitler no le juzgaron tampoco porque éste decidió suicidarse. Y a Hirohito no le tocaron un pelo, dejando que todo recayera en Tojo y unos pocos colaboradores. En Alemania fueron juzgados decenas de miembros del partido Nazi, y en Italia, la cosa fue más difuminada. En todo caso, hubo un trabajo serio de responsabilidad, de condena y de "limpieza" de los perdedores (poblaciones enteras) así como de "condena" de facto por parte de los pueblos ocupados por Stalin.

En 2011, las ideas no están nada claras. Un estado democrático, EE.UU., decide mandar un comando de élite a asesinar a Osama Bin Laden, y tras lograr su muerte, todo el mundo se felicita por ello. Con Saddam Hussein fue parecido, con una muerte sin problemas, hecha tras un juicio rapidísimo. En el caso de Karadzic es tan teatral todo, que apenas es creible. ¿Qué ha pasado en el camino?

Vivimos tiempos de confusión interesada. Antes, si un gobierno mandaba a un comando de organización institucional a matar a alguien, por lo que fuera, se le acusaba de "terrorismo de estado". Los GAL, sin ir más lejos. Me sorprenden esos del PP felicitándose por la muerte de Bin Laden de esta manera. ¿Acaso no estaban contra ese "terrorismo de estado" del GAL? No me sorprende tanto los del PSOE. A fin de cuentas, son herededos de los que heredaron el GAL de la UCD y antes del franquismo. La cuestión es que, al final, triunfa lo primigenio, la víscera irracional. Se creó un enemigo de iniquidad suprema, una némesis total, y ahora se le ha matado. Curiosamente, en medio de las revueltas árabes. No sé si tendrá que ver o no, pero...

En el siglo XX parecían estar claras las cosas. Democracia a toda costa, incluso con un Churchill que perdía las elecciones en 1945 a favor de un laborista, Atlee, o un Truman sucediendo sin tener mucha idea a un Roosevelt más que baqueteado. Una Francia donde De Gaulle sucedió a Petain en cuanto a orgullo, pero no tanto en el paternalismo casi dictatorial. Un mundo donde los ideales aun contaban. Donde el nuevo enemigo se había perfilado claramente (el régimen autoritario y dictatorial de Stalin en la Unión Soviética, tan comunista como la China de ahora...) y había un agotamiento humano y material. Pero había ideales... sin ir más lejos, el actual estado del bienestar que tratan de desmontar a base de crisis evitables y aprovechadas, fue un producto de aquella época. O los muchos derechos laborales y sociales consolidados contra aquellos que pretendían eliminarlos mediante el autoritarismo fascista o de otros estilos. Ahora en el siglo XXI, da la sensación de que, en la época de mayor comunicación e interrelación (o eso parece) estamos más incomunicados y dispersos que nunca, puesto que el exceso de información genera indiferencia o escepticismo. Las ideas parecen todas puestas en duda, ninguna genera confianza ni credibilidad. Así que, sin política clara, todo vale, pero no todo vale.

A mí me da igual que hayan matado a Bin Laden. Pueden haber creado un monstruo, y luego derribarlo, solamente para sustituirlo en el futuro por otro enemigo invisible o de mala cara. La enseñanza ya estaba en la "Utopía" de Tomás Moro. Cito de memoria, "¿Qué más hacéis? Primero creáis criminales y después les castigáis..."

Un saludo,