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viernes, 30 de marzo de 2012

Huelgas y sindicatos.

El día de la huelga, 29 de marzo, como siempre, ha habido de todo. Pero es llamativa la falta de participación de gente que considera la última reforma laboral como algo nefasto y que da razones para ir a trabajar.

Si uno cree que la reforma es adecuada y ha decidido trabajar, perfecto. Yo no les llamaré esquiroles. Son personas que, aunque mi percepción del asunto no coincide con la suya, tienen la libertad de decidir lo que han decidido. A ellos no les dirijo éstas palabras.

Lo hago a quienes consideran que la reforma no es adecuada pero no han secundado la jornada de huelga general, siquiera han ido a las manifestaciones.

Hay una razón primera, poderosa; porque no quieren perder el dinero del día. Bien, el dinero del día depende del salario, pero supongo que la media estará entre 60 y 300 euros, según lo que se gane. Me parece un precio bajo si tenemos en cuenta las posibles implicaciones de la reforma, como rebajas de salario unilateral por parte del empresario, despidos que dejan nuestro salario en 0 euros y otras implicaciones que no se cuantifican monetariamente, como los derechos.

También está quien no lo ha secundado por miedo al despido; más poderosa que la anterior. Gente que se reconcome interiormente pero no se atreve a dar el paso porque, con la crisis, esa excusa fenomenal, no se arriesgan a perder lo que tienen, ese modelo de propiedades de nuestra sociedad. Bueno, ahora no serán despedidos, pero pueden serlo, a pesar de que se aferren al pesimismo optimista de "a mí no me pasará, aunque vea que les pasa a otros".

Y están quienes secundan la huelga con medios ilícitos, como ir a trabajar para no perder su puesto o salario del día pero sin realizar sus labores normales y diarias, o, incluso, ausentándose del puesto sin control. A ellos... mejor no digo lo que opino.

Los "idiotas" que hemos secundado la huelga perdiendo nuestro salario del día somos de dos categorías; los trabajadores públicos que no tememos perder el puesto (por el momento) y los trabajadores del sector privado que tienen valentía y coraje suficiente para seguir creyendo en lo que hacen, pues consideran que es para todos. Esa dimensión moral...

Y luego están los sindicatos. Más de uno me ha escuchado hablar de ellos, y nunca en términos encomiásticos. No, porque son instituciones subvencionadas, como los partidos y las organizaciones empresariales. Son ramas estatales anómalas. Un sindicato así no es un sindicato. Es una sección corporativista del Estado. Y no estoy diciendo que no deben existir, si no todo lo contrario; deben existir pero con las formas y fines para los que nacieron.

¿Qué debería cambiar? La estructura de partidos políticos, la sindical y la empresarial. Fin de toda subvención. Financiación EXCLUSIVA por sus propias cuotas y por las donaciones, tasadas y limitadas, de quienes comulguen con las ideas que propugnan.

En el caso sindical, regresar al concepto de "Caja de resistencia". Esto es, cuotas sindicales para alimentar esa caja en caso de actos de protesta como las Huelgas. ¿Qué significa? Una forma de financiar a los que tienen miedo de perder su salario en caso de hacer huelga (la frase que he escuchado más es "¿me vas a pagar tú el día, listo?") y así minimizar sus pérdidas. En los sindicatos, quienes reciben esa paga son los que participan en piquetes, un número reducido, que realmente muestra la "institucionalización de la huelga" y lo que ello conlleva.

Si todo esto, reformas simples, sencillas, se hace, seguramente los partidos mirarán más por sus votantes, como debe ser en una democracia. Los sindicatos defenderán más a todos los trabajadores, afiliados o no, puesto que dependerán de su simpatía y apoyo y no del de los impuestos del Estado. Y las organizaciones empresariales tendrán de veras los ingresos que merecen. No incluyo a las religiones organizadas en esto, porque son ámbitos diferentes, pero también abogo por su estricta financiación propia, sin intervención del Estado.

Pido mucho, pido una España moderna y diferente a la Españistán que tenemos. Pero lo pido porque creo que es lo mejor para todos. A pesar de muchos, o algunos. O incluso la mayoría.

Un saludo,