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jueves, 23 de septiembre de 2010

La confianza en el ser humano

Lo vemos siempre, en cientos de películas, en discursos interesados. El ser humano, las personas, al final, prevalecemos.

Da igual que sean los cazados por los "predators" o los supervivientes de un accidente, importa poco que sea en el pasado o el futuro, es indiferente el número de problemas, de trabas, de escollos a pasar. La humanidad prevalece. Triunfa.

Siempre ganamos en las películas, incluso cuando éstas son apocalípticas y llevan un largo mensaje pesimista; "Hijos de los Hombres" o "La carretera", por poner ejemplos recientes, acaban con optimismo. Un rayo de luz. Siempre.

Cada cierto tiempo, un Kennedy, un Obama, regala de nuevo discursos luminosos y genera esperanzas, en el hombre, en ese ser condenado en su destino a ser lo mejor a su pesar.

Pero... ¿y si no fuera así?

Confiamos en el ser humano mucho, demasiado. Como género, no estamos mal, y como especie, hemos logrado cosas interesantes. En términos globales, aunque hayamos dilapidado oportunidades sin fin, nos hemos cogido cariño. ¡No podía ser de otro modo! creemos en nosotros, confiamos siempre en nosotros, nos vemos capacitados para todo triunfo ante cualquier reto. Esa confianza nos da fuerzas, y racionalmente sabemos que el motor de la misma es la mentira, pero somos seres más bien irracionales con la extraña suerte de poseer de cuando en cuando destellos de brillantez intelectual. Y es que puede más lo turbio, el amasijo del vientre, que lo gris y eléctrico de la cabeza...

No voy a pedir permiso para decir que no confío en el ser humano. Colectivamente, jamás, porque la manada aplasta siempre al individuo. Individualmente, poco, porque escasas son las personas que se ganan, labrándola, esa confianza. En pequeñas dosis, limitados en el tiempo, el espacio y los confines de nuestro solipsismo, puede que sí. Y sin embargo, nadie ha hecho aun la película, el libro o la sinfonía de nuestra total, completa y absoluta extinción, desaparición, desvanecimiento. Acaso porque siendo humanos, no concebimos un universo sin ellos.

Pero seguro que eso pasará...

Un saludo,