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miércoles, 7 de enero de 2009

Dioses en el autobús, píldoras y contaminaciones varias...

Richard Dawkins apoyó una campaña en Londres para colocar publicidad en los buses de dos pisos que decía "There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life". Toda una declaración de principios, respetuosa y sensata.

Tal "atentado" a la libertad de fe de los ultras religiosos sentó muy mal, y en España, un miembro de la Iglesia Evanjélica (desde que lo leí así escrito, lo lamento, pero no puedo menos que reproducirlo... si es que creen, pero no en la gramática) ya ha puesto anuncios diciendo que sí existe un dios y que hay que vivir en Cristo. Como Dios manda.

Probablemente, los autobuses contaminan, y al poner publicidad en ellos, la Iglesia Evanjélica en España está contribuyendo con su publicidad pagada a la EMT y otros consorcios de transporte a dicha contaminación por gases del tubo de escape, pero claro, L'Osservatore Romano ha dejado bien asentado que la contaminación y cambio climático no es culpa de éstas prácticas, si no de... las mujeres.

Sí, los autobuses son medios de locomoción, pero las mujeres son medios de contaminación. Así queda establecido por un "científico" artículo por el que las hembras, por tomar la píldora, liberan en la orina cantidad de toneladas de hormonas maléficas que provocan infertilidad masculina y el susodicho cambio climático, puesto que sus pises van al amplio océano (suponemos) y de ahí al resto de la humanidad... ¡cuánto mal provocan éstos súcubos, hetairas sin alma que, no contentas con estar impuras cada período lunar con su aberrante sangramiento, ahora nos contaminan todo!

Así pues, otro año que pasamos viviendo el integrismo de la religión que tenemos más cerca, la basada en un rebelde judío que ni siquiera puede que existiera, hijo de una violación por parte de algún romano de guardia en aquella fanática provincia y que ahora sigue en guerra, y sobre todo, de aquellos estultos próceres de las instituciones religiosas basadas en sus mentiras que, no contentos con dejar de aplicar las leyes de una República teóricamente laica como la italiana en el Vaticano (por supuesto, es mejor sodomizar monaguillos y pagar por ello con varios padrenuestros que con la cárcel...) pues ahora se lanzan, por medio de los mil y un agentes que nunca les faltarán a contaminar las cabecitas de muchos con el estiércol de la mentira, del sexismo y de la manipulación clerical...

Cambia el año, pero todo sigue igual, ¿no?

Un saludo,