Buscar dentro de este batiburrillo

martes, 6 de julio de 2010

Democracias activas

Siempre me he preguntado por la receta para que la democracia sea de verdad un sistema válido o viable. Empiezo la reflexión con el número. Los participantes son determinantes. No es lo mismo gestionar un sistema de 10 personas que otro de 100, 1000 o 100000000. A más número, se tiende al uso de los "representantes". Y curiosamente, sucede como en las religiones; nacen como intermediarias entre la fe poco estructurada de una persona, de un individuo, para ser de pronto reguladas mediante terceros, cuartos o quintos.

El número lo determina; un hombre, un voto, de pronto cobra otros sentidos. Hay un relato magnífico de Asimov (¿cuál no lo es?) sobre la democracia. Igual que el chiste aquel de "yo soy el hombre, yo tengo el voto". El voto. Esa forma de elegir a quien nos representará. Y claro, el representante... no somos nosotros mismos. Esto es, confiamos en que esa persona no distorsione nuestros proyectos, ideas y formas de hacer las cosas.

Pero a más número, menos hombres con voto. Realmente, lo que hay son corporaciones de votos. Se vota a la corporación X o Y, obviando qué se desea con dicho voto. Se va diluyendo tanto todo, que al final la perversión y el retorcimiento del sistema es brutal. No votamos, ni elegimos; falseamos. Jugamos a dejar que otros hagan lo que se supone que les pedimos. Falso. A más número, menos democracia...

Un segundo axioma podría ser el referido al tema de la comunicación. No es lo mismo, de nuevo, según el número, un grupo de 10, o 100, que uno de 100000000. Los primeros tendrán comunicación casi boca a boca, directa. Los segundos, más complicado ya, tendrán canales de comunicación, y se va oficializando todo. Pero los terceros... ya no comunican. ¿Para qué? Además, en la era de las telecomunicaciones, internet, la inmediatez, etcétera, realmente lo que tenemos es la incomunicación y la falsedad por norma. ¿Pueden citarme una noticia importante de verdad de hace una semana? Ni pregunto de hace un mes... ni se envuelve el bocadillo con el periódico. Ahora mismo, las noticias, pese a la repetición, no tienen repercusión real en los países. Son píldoras necesarias para alimentar un morbo, no curiosidad, de la masa. Por tanto, un instrumento imprescindible de la democracia, la comunicación, no existe.

Si no tenemos voz real, y las que hay son distorsionadas, entonces... ¿qué tipo de democracia podemos usar? Los anarquistas abogaban por la "acción directa", o lo que es lo mismo, hacerse oír a base de dinamita y bombas y golpes sonados. Las asambleas espartanas eran similares, las cosas se aprobaban según quién gritara más a favor o encontra. Y en Atenas, una de los resultados de la Democracia fue que la gente quería... exiliar a sus políticos. En resumen, ¿puede existir una democracia, una verdadera democracia?

No. Llamémosla Oclocracia, Timocracia, Cleptocracia, Estatocracia, Partitocracia o Plutocracia, pero no así. Para que sea active, para lograr que tengamos una Democracia, quedan pendientes muchas revoluciones aun a día de hoy. Y mientras, la única posible es aquella de pocos individuos, de gente que pueda verse y elegir, realmente, a quienes deseen, o proponerse ellos sin caer en trampas interesadas de intermediarios.

Lo mejor, de todos modos, es que tenemos realmente una Autocracia o "conceptocracia". La del capital. Pobre Marx, tan vigente hoy y tan defenestrado...

Un saludo,