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miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Por qué tenía que ser Scariolo?

Eslovenia. Con Pepu o Aíto esperaría afrontar el partido lleno de tranquilidad, con el crédito de jugadores solventes y asentados en sistemas sencillos, eficaces y bien digeridos, moviendo bien el balón, creando muchas oportunidades para todos, corriendo contraataques por el central y los laterales, reboteando con inteligencia, cerrando en defensa a cara de perro, y, sobre todo, divirtiéndose jugando y, por ende, divirtiéndonos a todos los que recuperamos la ilusión desde 1999 y más firmemente desde 2006. Pero a la Selección la dirige Sergio Scariolo...

El partido comienza...

(Pausa para verlo)

Y ya acabó.

Emoción, sí, pero por no caer eliminados... ¡qué diferencia de aquel España-Argentina del Mundial donde sentía emoción no por caer eliminados, si no por poder luchar por la medalla! viendo el partido, muchos fantasmas. Comparar es malo. España de nuevo, lenta, atenazada, perdida. Marc Gasol de pronto parece Manos de mantequilla Jackson, un apelativo común en la cancha de mi viejo barrio. Y Ricky era el nuevo Jordi, por Jordan, por lo chupón... mucho abuso sobre Rudy, Pau y Felipe, inconmensurable. Y han ganado, sí, perdiendo rentas de 15 puntos, pudiendo asegurarse el primer puesto de grupo, sí, teniendo que sufrir una prórroga, sí... pero hay un nuevo problema añadido.

El respeto arbitral. No puedo dejar de observar que en estos tres partidos, a España se le trata con mucho asco, con altanería, con chulería. Parece que seamos de pronto novatos de alevín, y eso molesta. Los pasos de Lorbek para meter a Eslovenia en la prórroga han sido de espanto. Los palos, más bien, hachazos, que han recibido todos, empujones, hostias malintencionadas y otras lindezas, no han recibido el más mínimo interés arbitral. No suelo quejarme del arbitraje, porque yo mismo pité varios años en muchas categorías, viví muchos partidos, buenos, malos, regulares, y sé qué es estar en una cancha donde los jugadores suelen sacarte una cabeza y tener algo más de músculo que tú. Pero no puedo dejar de flipar con el arbitraje en Polonia; es como si hubiera una consigna; si la meten al tercer intento no hay faltas, y si quejan, técnica. Que se jodan. Que se lo ganen. Por ser campeones del Mundo, sub del último europeo o sub con olor a campeones olímpicos, no tienen galones para exigirnos, los putos españoles. Y en esto quizá juega algún papel la inefable FEB dirigida por el cacique local que todos conocemos, ese tipo de dirigente que va desde la SGAE hasta las Federaciones de Municipios o Presidencias de Escalera donde es un ineficaz gestor que apenas sabe de lo que tiene entre manos. Y es que el respeto se gana ante los rivales en la cancha, pero con los estamentos organizativos, como el arbitral, desde los despachos. Y de eso vamos escasos...

No insinúo nada. Opino. Mala elección de entrenador, mala gestión del éxito deportivo en pro de una búsqueda mercantilista que no ha lugar... muchas cosas pienso que se hacen mal. Pero, ey...

Es España.

Al menos, la del BA-LON-CES-TOOOO... hasta que la maten del todo y la entierren. Y qué peor sepulturero que el hombre con más gomina y menos ideas del basket... ¿por qué tenía que ser él?

Un saludo,