Buscar dentro de este batiburrillo

martes, 1 de enero de 2008

Elogio de la brevedad

Me acusan mis amigos y conocidos que me leen o escuchan de ser, entre otras muchas cosas, "Un brasas, un pesado, un pedante, un cansino, un rollero, un charlatán, un peliculero..." y también, para colmo, suelen meterse conmigo; por mi pelo (que por mí me quedaría y dejaría más largo... es mi sueño adolescente incomprendido) por mi forma de hablar, por lo que digo, por lo que hago, por mi cara, por... tantas cosas.

Lo que siempre me ha jodido más es que se me acuse de pesado. De escribir largas y largas tiradas de palabras. Si me molesta es porque suele ser cierto. Tiendo a ser alambicado, abusar del circunloquio, rodear las cuestiones, reiterarme demasiado y estirar ideas que no dan más de sí. ¿Cómo se resuelve esto?

Practicando. Para eso nació, entre otras razones, esta bitácora. Para que yo pudiera escribir, para probar. Sigo buscando mi tono, mi estilo, mi ritmo. Tras muchos años de hibernación en tantos sentidos, puede que los cambios que se me vienen encima, o más positivamente, que se me avecinan, me sean útiles.

Mientras, diré que aprecio a unas cuantas personas. Aunque de vez en cuando eche de menos algún comentario elogioso hacia mí. Desde luego, con ellos no puedo cultivar mi vanidad, no tienen compasión...

Mientras, seguiré practicando aquí y en otros ámbitos.

Un saludo,