Buscar dentro de este batiburrillo

martes, 22 de marzo de 2011

Un poco de dispersión, colegas

Bueno, el mundo no se ha ido al carajo, y no por falta de ganas. Me fui con protestas más o menos tensas en el norte de África y ahora estamos con una guerra civil en Libia, una posible en Yemen, tensiones y búsqueda de cambio en muchos países, un terremoto con maremoto en Japón, problemas radioactivos y lo peor de todo, el puto debate de si Zapatero sigue o lo deja.

Cada vez más me refugio en el humor y el juego. El primero es la forma más inteligente de analizar nuestra sórdida condición humana (y de convivir con ella) sin terminar pegándote un tiro, que es lo más racional. Lo segundo, la mejor manera de pasar el tiempo mientras la parca termina de tejerte la rebeca con la que amortajarte. Y encima he llegado al punto ese en el que dan igual ocho que ochenta, donde uno se siente un poco resabiado, de vuelta de, aunque siga siendo un puñetero idiota, ingenuo, afecto a los cambios de la vida y del cuerpo. Vamos, que nada cambia tanto.

En las últimas semanas, casi meses, desde que escribí, han pasado muchas cosas, pero ninguna tan relevante como para calificarla de... no sé, sustancial, enorme, importantísima, determinante, esas cosas. Me he reído con ciertas revelaciones, con decepciones ajenas (¿¡A quién no le gusta sonreir con suficiencia y decir aquello de "ya te lo decía yo"!?) y con hechos palmariamente estrafalarios. También me he apenado por otras cosas. Me he sorprendido con la carrera (sí, aprobé, una con nota discreta y la otra con sobresaliente... a mis años...) y con las oposiciones. Con el mundo laboral, nada, todo igual. Si acaso, más lamentable. Y no ha cambiado todo tanto como para decir eso de "¡eh! ya nada será lo mismo".

Venga, que me disperso. Sigo siendo un homo ludens, sigo disfrutando de series de TV, en ésta época dorada. De cine, cuando lo hay. De cómics. De música. De lectura. Disfruto estando con mis amigos. y pienso que la vida es buena... me trata bien.

Claro que, eso, es hoy, ahora. Mañana... ni puta idea.

Un saludo,