Buscar dentro de este batiburrillo

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Algo huele a podrido

No es en mi nevera, ni tampoco en mi baño, aunque podría ser. No, es alrededor mío, en mi lugar de trabajo, en mi entorno, en mi país dicho con el tono de Stallone.

Algo huele a podrido cuando los de siempre se conciertan ya descaradamente para rebajar más y más nuestras condiciones laborales y nuestros derechos ciudadanos.

Algo huele a podrido cuando les apoyan esos secuaces y adeptos interesados, defendiendo lo que no deberían con doble pirueta.

Algo huele a podrido cuando el resto mira quieto y con estado de convalecencia todo lo que sucede a su alrededor sin reaccionar, sin siquiera dar un grito.

Quizá, solamente quizá, cuando queramos reaccionar será tarde, como siempre, y la pelea será con nudillos despellejados, rodillas ensangrentadas, voces quebradas y, como siempre, uno de los del tercer párrafo tomando de nuevo el control para los de siempre, con la apatía y la sorpresa atónita de los del cuarto párrafo.

Porque yo ya no quiero estar entre líneas, pero cuesta elegir bando, ¿saben? y eso es porque algo huele a podrido al sur de Dinamarca. Bueno, algo no, mucho.

Un saludo,