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viernes, 29 de marzo de 2013

Desparejos

Recoger calcetines es como hilar pensamientos. Siempre queda alguno suelto, sin pareja. Como esta entrada.

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Más guerra civil, como siempre. Fosa común, fosa natural, cadáveres de fusilados, y... lo de siempre. Calles en Madrid con nombres de Generales golpistas, comentarios de todo tipo en muchos sitios del tipo "eso no es importante". Y un vídeo de Juan Carlos, Borbón para más señas, ensalzando a Franco, Franco, Franco. Nada nuevo.

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Relatos. Algunos interesantes, otros no tanto. Escritos y leídos, claro. Uno me gusta más que otro. Uno es un divertimento y el otro un ejercicio. Ambos son divertimentos. No divertidos, si no juegos. Y más, pero se amontonan sin saber cuál merece ser escrito. ¿Y para qué? Existencialismo de escritor, no falla. Escepticismo. Voy plenamente surtido.

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Novela. Lenta, embarrada como sus protagonistas. No avanza. ¿Y qué será? ¿Un fresco costumbrista? ¿qué tono tiene? ¿por qué así y no asá? ¿o de otra manera? Me mata. Tengo claras muchas cosas, pero es como si me costara profundizar en algunas de ellas, por miedo a... ¿quedarme atrapado? ¿no salir a tiempo de ese pozo donde uno se asfixia? Siempre igual. Pero seguiré con ella. El plazo de julio de 2014 no es realista. Nunca lo ha sido. Pero viene bien. Y si no llego, no llego.

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Lecturas. Barbara Tuchman es un hallazgo. Pero hay otras, claro. Libros sobre el Carlismo, sobre la Primera Guerra Mundial (en España, algo tan alejado... sucedió a unos cientos de kilómetros, a veces, incluso, apenas a diez, pero no nos dimos por enterados; "No me hable usted de la guerra", tan castizo, tan propio...) sobre el Ejército, la Guardia Civil, sobre personajes de la Restauración... cambié a los romanos por Romanones. Vaya pieza. Entre tanto, sigo descubriendo lecturas del taller. Eloy Tizón, Natalia Guinzburg, Ana María Shua...

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Cine. "Los últimos días", otro intento de Ci-Fi española de catástrofes. Con "Fin", ya van dos curiosidades. Ambas hablando más o menos de lo mismo. Puro carácter mediterráneo de amor al prójimo. "El fin de los días", al menos, es interesante. Y el otro día, "Parker", con Oscar. Me pasó como con todas las malas películas, quería revisar el remake de Mel Gibson. O volver a Lee Marvin. Y con ese, tres nombres. Parker-Porter-Walker. Y me vuelve a la cabeza esa gran película, "Los profesionales", con diálogos lapidarios, muy buenos e intensos... si ya está todo dicho, todo. Volviendo a "Los últimos días", se queda en ese casi, a puntito, entre las yemas, que escapa y frustra. En más de un momento. Pero es más que meritoria. Un poco de "El incidente" que no me gustaba, un poco de relatos de apocalipsis de Valdemar... 

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Embarazo. Aun no tenemos nombre. Me cuestan los nombres. Lo llevo mal. Es como los nombres de los personajes. Por eso a veces me tienta la primera persona impersonal, donde el lector se deja llevar pensando que es a él (o ella) a quien sucede todo... sin preguntarse más. Un "Elige tu propia aventura". El nombre... descartando algunos claramente, otros se van decantando, quedando ahí, a la espera. Adrián o Daniel. El primero de resonancias altoimperiales, Hadriano. O el casco de los infantes franceses en la PGM. El segundo, hebreo, divino. "La justicia de Dios". Luego están Jorge, Jaime... los nombres... complicados. Hoy, de todos modos, es el primer día que voy retomando conciencia de la futura paternidad. Que es complicado, mi mente ha estado compartimentada con muchas puertas abiertas, y alguna, ya, por fin, se va cerrando...

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Trabajo. Una puerta cerrada, otra abierta. Me voy del Puerta de Hierro y empiezo otra vez en La Paz. 5 años en un hospital, tiren de la cadena, no me llevo más que trienios y algunas buenas relaciones con buenas personas. Fin. Inicio. Veremos dónde, cómo, cuándo... ¿volveré a los RR.HH. de mis desamores? ¿me endosarán en una consulta? ¿estaré por la mañana, por la tarde o por la noche? ¿podré comprarme una bici plegable eléctrica para desafiar el tráfico en la Castellana? No, que mi mujer, si no lo hace un coche, me mata... el lunes 1 de abril, otro comienzo. Una puerta abierta, otra cerrada. Trabajo. Agh.

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Amistad. Sigo con el horóscopo, ¿no? Pues... hay cosas que cambian, otras que cambiarán, inevitable, y algunas que no entiendo por qué han cambiado. "No sos vos, soy yo", podría ser en algun caso concreto. En todo caso, el mundo no es tan complejo. Con algunos me divierto, me gusta charlar, me gusta hacer deporte, jugar al rol o juegos de mesa o al Mus... pero hay cosas que... tsk tsk tsk. Tolerancia, comprensión, empatía. Esos dones de la naturaleza humana tan despreciados. "Se prevén cambios en su estado, amigo". Veremos.

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Preocupaciones. Las he listado, ¿no? O sí. No sé. Tengo más, claro. Dinero, incertidumbres, capacidad. A veces, me duele la cabeza. Otras, el estómago. O el vientre. A veces deseo esa ruptura radical, violenta, abrupta, que sobreviene en toda o casi toda generación, dando un tajo hondo a la realidad, mostrando los nervios y tendones seccionados del falso cuerpo que mitificamos como "realidad". Pero no... la expectación que hace brillar los ojos a un loco puede tratarse. No curarse, tratarse. Y que otro ser humano comprenda, en lo profundo de sí mismo, a otro... es terrible.

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Kilos. Adoro a mi dietista. Inma, si me lees... eres la mejor. Yo en cambio no. Me he dejado arrastrar de nuevo al remolino de ansiedad e incertidumbre, donde sublimo mi falta de control con la ingesta de alimentos poco adecuados. A ver si en abril retomo de verdad, de la buena, según nuevo horario y nuevas actividades, lo que me hace mejor. Ahora mismo, estoy 7-8 kilos por encima de mis deseos, aunque sigo a 13-14 del punto de partida. Algo es algo.

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Termino, ya he volcado mis necesidades, ya he terminado por hoy. Lo que no escribo aquí, es porque trato de redactarlo en otro lado. En mis relatos, ejercicios necesarios. En la novela, sin título. En alguna historia suelta o borrador, o proyecto de. Fin.

Un saludo,