Buscar dentro de este batiburrillo

martes, 24 de noviembre de 2009

La reconstrucción y la deconstrucción

Sublime lamento y quejido elevado al cielo, mirada a la tierra y al ombligo, pateando con pies fríos el suelo. Ardor mesiánico, frialdad sentimental, duelos sin quebrantos, roturas y fisuras de la fe, amalgamas de mentira y silente maldad. Existen en el mundo, caminan entre nosotros, profiriendo gritos, hipidos dolorosos, denunciando persecución, encierro y acoso. Son mártires de un nuevo paganismo, el estatal, y lloran sangre cuando les tocan la bolsa. Su moral y ética es la única incontestable, la más recta, inmaculada. Ellos sufren por nosotros, a pesar de ignorarlo el resto. Y al sufrir, buscan nuestra redención, deseémosla o no.

Deconstruyamos.

Muchos hombres perciben la muerte y por tanto la temporalidad de la vida, luego tienen fe en otra vida tras la muerte. Necesitan entonces profesarla, pues la esperanza es la base de la fe, y la esperanza no puede darse sin apoyo mutuo. Otros hombres pueden creer igualmente, o no. Y la vida en sociedad conlleva normas. Los creyentes por tanto regulan normas éticas para lograr esa transición a la nueva vida, y así pues influyen en su percepción de la vida anterior, o la así entendida. Esas normas no son si no construcciones del hombre, similares a otros artificios, pero su fuerza radica en el número de practicantes, pues sin el apoyo de todos, carecen de sentido. Así pues, la necesidad de profesar la fe, mediante la imposición ética, deviene en totalitarismo religioso donde nadie puede discutir fuera de sus dioses, o su dios particular. Entonces tenemos la religión, apropiada de la fe, del sentimiento legítimo, y la necesidad de gestionarla, malbaratando la esperanza ajena y pervirtiéndola. La educación es la vía principal, y esto es necesario; adoctrinamiento.

Reconstruyamos.

Muchos hombres tienen certeza de la muerte, de la temporalidad, y por tanto, de su limitación y fin. La afinidad con los anteriores se detiene si tomamos en cuenta la posibilidad de sentir dicha esperanza como insustituible por banalidades religiosas, éticas subyugantes y adoctrinamientos deletéreos. La esperanza, la ilusión, los legítimos sentimientos de miedo ante lo desconocido forman parte de nuestro repertorio evolutivo. Nos permitieron cambiar, mofificar comportamientos y lograr cosas impensables. Ya solamente esa magnífica idea nos provee de posible felicidad. Y la única manera de lograr la construcción del ser humano es mediante la educación. No el adoctrinamiento. Libertad. Apertura. Diferencias para comprender las muchas similitudes. Recursos. Solidaridad. Acuerdo y compromiso en el sentido de compartir para beneficio mutuo, no para enriquecimiento de una parte. Muchas formas de vivir.

Las religiones actuales no comprenden la libertad. Significa desviación del dogma. Significa aniquilación de sus privilegios. La Revolución francesa pudo ser sanguinaria, criminal, pero abrió una corriente de aire fresco en el estanco y viciado panorama cívico-religioso que atenazaba Europa y el mundo desde finales del siglo III d.n.e. El dogma de pronto se reveló caduco, moribundo, podrido. El imparable escepticismo ayudó mucho, el anticlericalismo explotó necesariamente como purificación, el ateismo cobró nuevos bríos. Sí, se sustituyó por dogmas de otro color o forma. Sí, hubo muertes. No se respetó la vida del hombre, de los hombres y mujeres. No, no logró la felicidad. Pero abrió una puerta que ya no puede cerrarse.

Deconstruir el pasado logra reconstruir el presente y preparar el futuro. Ya no abogo por la sangre de esos vocingleros religiosos llenos de hipocresía que han contaminado a tantos y tantos ciudadanos. Me encanta ver cómo se apartan del camino público, de la vida diaria, relegados a una celda donde solamente pueden escuchar sus voces babeantes, la celda del ridículo.

Un día, empero, se logrará extirpar de la sociedad, de nosotros, esas marcadas pautas falsarias, hipócritas, mentirosas, innecesarias, que siglos de religión han ido imprimiento en nuestro pensamiento colectivo.

¿Por qué? Porque tenemos libertad.

Su uso...

Un saludo,