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miércoles, 20 de abril de 2011

Se acaban los cirios

La religión católica está presente, mucho, ya sea de manera folclórica o tocapelotas. Está siempre ahí, sin dejar de irse, pero yéndose a marchas forzadas.

Leo algunos medios absolutamente deplorables, incluso artículos de opinión donde califican de "goleada" la prohibición de la manifestación atea de Madrid, por haber ganado a un "demonio" atizado por el gobierno actual de España. Y siempre con la coletilla de "porque nosotros somos pobres cristianos que sufrimos multitud de ataques". Curiosamente, las acusaciones de "genocidio" e "incitación al terrorismo" vienen de agrupaciones "cívicas" como "Háztelo Mirar", pero no hay, a día de hoy, demandas contra la iglesia de los católicos romanos por esos mismos cargos. Sí hay demandas, como la de la maestra de religión despedida por vivir con un divorciado, que el Constitucional ha amparado. El mismo tribunal que negó que las fichas bautismales fueran eso, fichas de registro. Porque no están ordenadas por una clasificación alfabética.

España. La religión católica está presente, mucho. Socialmente decimos que somos católicos, más o menos 3/4 partes de la población lo dice. Pero a misa no va ni un 10%, y mayoritariamente por ese tema de las bodas y bautizos, y escasamente por los funerales. La iglesia católica romana sabe que si un 75% dice ser católico, realmente no lo es en serio ni un 5%. Y el resto vive en la apariencia social de serlo, por el "qué dirán". Claro que entre medias, decir que la "mayoría" es de esa religión reporta pingües beneficios a la iglesia de los católicos romanos, porque al final va de eso. Dinero.

En esta semana de pelis de romanos (¡qué hemos hecho, joder, para merecer esto!) hay multitud de procesiones paganas, remontadas a cientos de años donde era Isis la que iba sobre un armazón o las estatutas de otras diosas y algunos dioses. Donde se cantaba, comía y rezaba igual que ahora, por simple expresión social. La primavera, es lo que tiene... pero también hay muchas noticias de la religión católica. Las capillas universitarias (no hablan de las de los hospitales, otro ejemplo curioso...) las denuncias a Leo Bassi, a los de la manifestación atea, a la profe de religión con el divorciado, al recurso de Amparo denegado por el TC a la Agencia de Protección de Datos contra un apóstata... y siempre los agredidos son los católicos. Me dirán dónde y cómo. Ah, un momento, las ovejas balan contra la pérdida de dinero y comida de su pastor... los perros están bien enseñados, sí.

Por suerte, la religión católica romana es un cadáver exquisito al que no muchos hacen puñetero caso. Poco a poco irá cayendo. Aunque sigan buscando el monopolio educativo en lugares como Madrid (si gana la señora Esperanza Aguirre, será la culminación de dicho monopolio) existe por suerte un ciudadano medio, no apuntado a ninguna organización de "rebeldía cívica" ni similar que quiere para sus hijos educación laica, discretamente alejada de los misticismos y absurdos de lo católico. Gente que sabe lo mal que están sus impuestos, pero al menos aporta en donde quiere, no donde le obligan. Gente que se ríe de las tontunas de sotana y alzacuellos. Gente, como los padres de un amigo, que aun católicos, un día dejaron de ir a misa cuado el cura desde el púlpito les dijo a quién votar. Hay gente que está en ese 75% y que es muy perezosa para afirmar que no pertenece a ese ratio, pero es, y eso es más importante que aparentar ser.

Y los cirios se van consumiendo, gracias a la dejadez de esas personas. Un día, tranquilamente, sin aspavientos, apenas habrá noticias religiosas. De ningún tipo. Porque aquí es el catolicismo romano el que estamos todo el día tratando de apartar de nuestra vida, pero son los cristianismos con sus sectas de todo pelaje, los precursores judíos, los copiones musulmanes y todas las demas aberraciones de la razón las que queremos desterrar a los libros de sociología, misticismo, mitos y demás objetos de estudio, que no de culto. Porque de cultos, no tienen nada.

¡Hágase la luz! dicen en ese libro escrito con mil manos. Y hoy, por suerte, se logra apretando un botón. Pero eso es otra historia...

Un saludo,

jueves, 14 de abril de 2011

14 de abril, 80 años más tarde...

Hoy es el día, ya sabéis; himno de Riego, bandera tricolor, recuerdos nostálgicos de aquella primavera radiante... y como siempre, unos saltan enseguida a hablar de lo grande y paradisíaca que fue la II República española, mientras otros dicen que aquí poco menos que comenzó la guerra civil española (aun no lo han hecho, pero pronto...) pero en general, al común de los españoles, que son casi todos, eso de la II República ni les cayó en temario ni les importa un carajo. ¿Qué es una República? incluso preguntan algunos...

La cosa es que todos los años yo recibo este día, desde que tengo conciencia política o algo así (más o menos ya va un cuarto de siglo) como un día festivo, alegre, luminoso. Es porque cae en primavera, hay sol, hay luz, calorcito, verde, colores, plantas, agua, no mucho calor y las niñas llevan más corta la falda. Vamos, que predispone a la alegría. Y me sonrío bobaliconamente pensando en lo guay del Paraguay que sería tener una República, la III o la IV, me da igual. Imagino que el día 22 de mayo iría a votar a unas cuantas personas en unas autonómicas según su capacidad y mérito (pienso yo) igual que voto al alcalde que me interesa. Imagino que tengo una democracia donde el señor Presidente de la República suele ser una figura distinguida (un, no sé, médico de reputado nombre, un ingeniero esforzado, un viejo rector universitario, un juez del Constitucional...) que elijo cada 4 o 5 años, que hace algunas tareas institucionales necesarias, que arbitra en la siempre delicada situación social y política, que ejerce un poder en momentos críticos, que tiene opinión clara y no mera respuesta enlatada... y que hay partidos donde se toman en serio eso de las elecciones, pues como no pueden usar listas para meter con calzador a los amigos, a los mediocres, a los inútiles, fían sus resultados a que lleven a los mejores, no a los más dogmáticos, pesebristas de partido ni sectarios rancios.

Me imagino muchas más cosas, para qué contar. Algunas son sueños hechos realidad, otras, en cambio, son pesadillas bien certeras. La religión católica no tiene el lugar que merece, porque está demasiado por encima de la sociedad y la política. El poder económico sigue sin estar regulado, y campa libre, provocando las crisis que desea para que los ciudadanos-trabajadores no exigan demasiado. Y los servicios públicos siguen siempre en el filo de la navaja, falsamente asentados en una cimentación con cargas explosivas que, de cuando en cuando, nos recuerdan que funcionan.

No es solamente una República lo que deseo (las monarquías son vetustas, irracionales, nunca modernas, aunque nos las vendan así, y tienen un gasto oculto que no suele salir a la luz pero que lastra a todos... esos negocios reales... en fin) si no el contenido que debe rellenar su estructura. Y eso se consigue con ciudadanos precupados. Igual que la religión se arrincona por indiferencia y queda aislada en sus parques temáticos (aunque sus lamentables pasos de la semana que viene vuelvan a cortar calles, desviar trasporte público y molestar a los ciudadanos que no la profesan) un sistema político se resquebraja cuando se trata con similar pasotismo. O exceso de celo.

Y aquí lo digo en alto, hubiera preferido una República española (la III o la IV, o incluso la V, oye) con Aznar como presidente que esta monarquía constitucional y confesional, de partitocracia corrupta y nula en valores reales, heredera de esa falsa transición y demasiado cierta dictadura que amilanó y asustó a los destacados, asentando el gobierno, triste, real y cierto, de los mediocres. El nuevo fascismo, señores, del que todos participan. Porque interesa tener esclavos, con ese nombre u otro...

No puedo evitarlo:

¡Viva la República!

Un saludo,