Buscar dentro de este batiburrillo

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Sarkozy y Carla Bruni

Parece revista del corazón, pero desde que Nicolás se fue en avión al Chad a rescatar a las azafatas españolas y luego se rió con Zapatero de esa foto abrazados como amantes, el presidente francés, divorciado hace poco, ha ganado para mí enteros. No como político, que es cristianote (Confeso y devoto admirador del Wojtyla, alias "Juan Pablo II") y tirando a conservador, si no por su personalidad. Y lo digo con sinceridad. Sarkozy es hombre público, y por tanto, lo que haga en su vida privada, quiera o no, le influye.

A mí este hombre me va cayendo, ya digo, personalmente bien. Hijo de padre emigrante húngaro y madre judía sefardita conversa, el muchacho tiene de todo. Leyendo su biografía por los medios, resulta un personaje curioso e interesante. Pero destacaría que es un político con vida propia.

Que esté liado, como parece, con Carla Bruni, ex modelo, cantante y actriz, pues lo realza. Ya decía que me imaginaba a Nicolás guiñando el ojo a las azafatas españolas yendo de vuelta a Torrejón, invitándolas un día a ir por el Elíseo, pero veo que el presidente francés pica alto y con buen gusto. Y la cantante, también.

Ya digo, no quiero hacer de esto comentario en rosa. Lo que me interesa es ver que en Europa, en el mundo, en países con una república y un sistema civil como Francia, un conservador pueda divorciarse, a pesar de ser cristiano, y liarse con otras mujeres, y, encima, dejar entrevistas a medias si le tocan lo privado cuando él está hablando de lo público. Claro que eso me recuerda a muchos actores...

¿Se imaginan aquí a Rajoy confesando una probable y muy rumoreada homosexualidad, dejando a su mujer y liándose con, por poner un ejemplo, Gallardón? ¡Tándem increible para la Moncloa! ¿O a Zaplana casándose con Magdalena Álvarez, por ejemplo? Aunque ya vimos el carrerón de Cascos, que sí que resultó un verdadero ligón el hombre...

La política española tiene lo peor de cada casa. No somos república ciudadana y celosa defensora de ciertos derechos consolidados a base de muertes masivas, como Francia; no tenemos una monarquía con democracia asentada y sensata como la británica; no tenemos un sistema activo en lo político como el italiano o el alemán... en suma, somos oligárquicos, monárquicos, poco democráticos, incívicos, con una noción del estado superficial, pacatos, reprimidos en muchos aspectos y, para colmo, mal avenidos. Triste situación, la española...

Sarkozy, como digo, me cae bien. Puede ser un conservador católico, un privatizador, un contenedor del gasto público, un demagogo con políticas de fuerza contra ciertos altercados, incluso un oportunista hábil; pero el hombre, no el político, que puede (O no) estar haciendo bien las cosas en su país, no sufre el acoso de tantos y tantos por su divorcio y lío con Carla Bruni. Si acaso, la envidia de muchos hombres, y la admiración de algunos que, como yo, querrían ver (Sin ser muy francófilo, aunque sí republicano y admirador de ciertas maneras inglesas) estas cosas en su propio país. Éste país. España.

Lo dicho, cuando un presidente se divorcie y se lie con, por poner un ejemplo, Leonor Waitling, y encima lo haga en su mandato, sentiré que España ha cambiado un poco (Aparte de mucha envidia)

Mientras, la superficie se mueve un poquito, pero el fondo sigue quieto, estancado, corrupto...

Un saludo,