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viernes, 19 de febrero de 2010

Yo soy blasfemo

Sí, y ateo, y además me encanta injuriar a los católicos, cristianos de todo pelaje, y a los miembros de cualquier religión. Yo no soy herético ni tampoco un desviado de la fe, simplemente, no soy creyente en nada, y por ello, al carecer de esa fe, puedo blasfemar.

¿Pero realmente blasfemo? si yo no creo en nada ni tengo sentimiento religioso alguno, prescindiendo de la fe, ¿puedo realmente blasfemar? algo que no existe no puede ser injuriado, creo yo, y por ello, ¿existe blasfemia?

Desde el punto de vista del creyente, sí. Desde el punto de vista de quien no cree en nada, no. Por tanto, dos cosas pueden hacerse, y una es tratar de no entrar en conflicto con el creyente o, simplemente, ignorar sus ataques de rabia. Lo primero es prudente, cobarde incluso, en un mundo donde dibujar a un Mahoma produce fatwas, y donde hacer una exposición provocadora del helenizado Jesús genera respuestas menos violentas en lo físico pero no en lo verbal. Lo segundo, en aras de una mayor civilización, me parece lo más correcto.

Porque si un creyente invoca su "sagrado derecho a la libertad religiosa", yo también lo invocaré, añadiendo que esa libertad me permite no tener religión alguna, y, además, en contra suyo, aporto la más sagrada de las libertades, la de expresión. Me molesta profundamente que los creyentes, fanáticos de todo tipo y reaccionarios, se hayan apropiado de la palabra Libertad, cuando ellos han sido los primeros perseguidores de la misma, ahogándola siempre que se oía, cercenándola, encerrándola... hipocresía religiosa, siempre.

Por tanto, retomando, ¿realmente blasfemo? ellos pueden considerarlo así, por lo que para ellos seré, siempre, blasfemo (todo por decir algo como "Me cago en vuestro Dios"...) pero, realmente, no soy blasfemo; soy un ingenuo. Pienso que entendemos el mismo concepto de Libertad...

Un saludo,