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sábado, 14 de septiembre de 2013

Hope springs eternal

Me gusta Capercaillie. Desde los días en que descubrí a este grupo y otros muchos en el programa de Ramón Trecet. El tipo ese que daba sermones en Diálogos3, comentaba básket NBA en los 80 y ponía música buena, mucha de ella, del Sello Resistencia, el de su esposa. Capercaillie era una ventana más al folkrock celta que me molaba tanto, y encima es de los pocos grupos a cuyo concierto en directo he ido. Y he ido a muy pocos directos.

Hay una canción que me encanta, la que da título a ésta entrada. Buscadla, leedla y comprended porqué.

La traigo a colación porque hoy estoy ya un poco hastiado del asunto Cataluña. Ya puestos, del asunto España y del asunto "tú contra mí o viceversa".

Francamente, querida, me importa un pepino rancio. Lo de la independencia. O no. Y la integridad territorial, ni te narro. Aquí los tontos pelean por la raya en la era, pero se olvidan de quienes la poseen. Y eso es lo que han logrado. Enfrentar a estúpidos contra idiotas, mezclándolos con imbéciles y tontos de capirote.

Pero miento, no me deja de preocupar. En el sentido de que, cuando Cataluña estornuda, es que España tiene fiebre desde hace tiempo. Somos el enfermo de Europa (siempre hay uno...) y llevamos en cama, creyéndonos sanos, lustros. Algunos ponen fecha a la caída, 1978. Otros antes, incluso, con un período de convalecencia jodida. Yo paso de dar fechas, que la Historia es una perra muy cabrona y dura. Asustaríamos a los niños en horario infantil.

Cuando Cataluña estornuda, el resto se saca el pañuelo para tapar el ruido y los mocos. Pero copón, los mocos están ahí, la fiebre consume la sesera y el estornudo se oye en Letonia. "¡Jesús!" o "¡Salud!" dependiendo de si es usted conservador o progresista. Vaya, otra vez delimitando campos. Y la cosa es que se prefiere eludir la realidad. "Nah, un catarrillo. En tres días, con píldoras Constitucionales, como nuevo". Los cojones. "Eh, pero es que solamente veo la nariz roja, el resto del cuerpo no ha manifestado síntomas". Claro, los pulmones van que te cagas, el corazón late de fábula y el cerebro tiene las sinapsis echando chispas. No te jode. Y aquí recuerdo el poema de Quevedo y el agujero del culo. Búsquenlo, que yo estoy vago y San Google es el mejor escriba irlandés que conozco.

La cosa es que las fronteras, las banderas, el hecho diferencial (joder, somos diferentes en costumbres, pero macho, pertenecemos a la misma especie, Homo Stúpidus Antecessor del Europeus Post Revolutionarius) el que aquí seas Pepe y allí Pep o Pepiño, o Pehpeh, tanto me da, y todo un corto etcétera de gilipolleces, me traen al pairo. Eso mismo. Bullshit, que diría el británico. Crap. Shit. Tontunas de la hora chanante.

A mí lo que me importa de esto es que, a lo mejor, cuando Cataluña sacó el trapo rojigualda para sonarse el moco de la fiebre (o la Senyera, no sé, a lo mejor me lío, no me peguéis... soy daltónico para las banderas y las veo todas igual... estúpidas) el resto reaccionó incorrectamente. En lugar de "Eh, es verdad, Esto (sea lo que sea Esto) apesta, hiede, está podrido tron" se dice "Ni de Blas Ordovás, cabrones, aquí todos juntos sin rechistar, y si alguien se pira de mi fiesta, antes le tengo que dejar yo salir, que eché llave a la puerta. ¿Os gusta? Modelo CE 1978, pero los alemanes de arriba me la cambian en un plis plas. Ordovás". Es como aquella peli de Buñuel, "El ángel exterminador". Copón, (ESPOILER!!!) nadie puede largarse de la fiesta y deriva en algo peor que surrealista.

Ahora en serio, que me ha entrado una vena macarra-revertiana que te rilas (muy suya la expresión de chulasco) y quiero ser algo más formal.

Yo quiero ser un ciudadano. Y quiero una socialdemocracia de verdad que busque asegurar los pilares de una sociedad estable, rica, acomodada, la mejor posible que se ha conocido. La de la Sanidad, la Educación, las Pensiones, los servicios Públicos esenciales... la que busca equilibrar las desigualdades mediante políticas de redistribución y reparto solidario, que no benéfico y caritativo. Una sociedad que ha demostrado dar los mejores años a Europa y los países que tomaron dicho modelo. Yo no quiero ser súbdito de una monarquía impuesta por una dictadura y que presuntamente es democrática, cuando es simplemente parlamentaria y bipartidista, cerrada, oligárquica en lo político y lo económico. Quiero que me pregunten, pero no cada 4 años. Quiero elegir a mis representantes y cantarles las cuarenta no cada 4 años, si no cuando toque. Sea el día antes de las elecciones o el siguiente al "No me cambiará el poder". Quiero sensatez, el "middle-ground" de los anglosajones, el llegar a acuerdos para todos y no la sección fanática y hooliganesca de mi tribu. Quiero superar la Historia de un país que, como dice Stephen Dedalus, trato de olvidar cada mañana. Quiero un futuro, cojones, un futuro. Para todos.

Así que Cataluña estornuda, los más idiotas miran la nariz enrojecida o el soplamocos de colores, y seguimos eludiendo lo que cualquier doctor (de la Pública, of course) preguntaría.

¿Ha fumado usted mucho? ¿ha cometido excesos? Porque tiene el cuerpo escombro, una ruina, ni Manara le redibuja algo mejor, oiga... 

Esto es lo que tenemos ahora. Eso, y una primavera que, espero, retorne eternamente tras el otoño, el invierno, y el peor verano de nuestro descontento abúlico.

Of clearing all the scum...

Un saludo,