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martes, 3 de mayo de 2011

Comparaciones XX-XXI

En 1945, las ideas estaban claras. El enemigo era un grupo de dictadores que regían estados fascistas y corporativistas. Mussolini, en Italia, Hirohito y Tojo en Japón y Hitler en Alemania. Los tres, junto con otra pléyade de dictadores y gobernadores menores (pero no por ello menos convencidos de la justicia y necesidad de sus decisiones brutales) formaban el "trío maldito" al que se enfrentaban las democracias de Gran Bretaña y EE.UU. Churchill por su resistencia, y Roosevelt por su capacidad, crearon la alianza junto con el equívoco Stalin contra los anteriores. Todos tenían claros los objetivos; a Mussolini no pudieron juzgarlo porque fue asesinado con su amante. A Hitler no le juzgaron tampoco porque éste decidió suicidarse. Y a Hirohito no le tocaron un pelo, dejando que todo recayera en Tojo y unos pocos colaboradores. En Alemania fueron juzgados decenas de miembros del partido Nazi, y en Italia, la cosa fue más difuminada. En todo caso, hubo un trabajo serio de responsabilidad, de condena y de "limpieza" de los perdedores (poblaciones enteras) así como de "condena" de facto por parte de los pueblos ocupados por Stalin.

En 2011, las ideas no están nada claras. Un estado democrático, EE.UU., decide mandar un comando de élite a asesinar a Osama Bin Laden, y tras lograr su muerte, todo el mundo se felicita por ello. Con Saddam Hussein fue parecido, con una muerte sin problemas, hecha tras un juicio rapidísimo. En el caso de Karadzic es tan teatral todo, que apenas es creible. ¿Qué ha pasado en el camino?

Vivimos tiempos de confusión interesada. Antes, si un gobierno mandaba a un comando de organización institucional a matar a alguien, por lo que fuera, se le acusaba de "terrorismo de estado". Los GAL, sin ir más lejos. Me sorprenden esos del PP felicitándose por la muerte de Bin Laden de esta manera. ¿Acaso no estaban contra ese "terrorismo de estado" del GAL? No me sorprende tanto los del PSOE. A fin de cuentas, son herededos de los que heredaron el GAL de la UCD y antes del franquismo. La cuestión es que, al final, triunfa lo primigenio, la víscera irracional. Se creó un enemigo de iniquidad suprema, una némesis total, y ahora se le ha matado. Curiosamente, en medio de las revueltas árabes. No sé si tendrá que ver o no, pero...

En el siglo XX parecían estar claras las cosas. Democracia a toda costa, incluso con un Churchill que perdía las elecciones en 1945 a favor de un laborista, Atlee, o un Truman sucediendo sin tener mucha idea a un Roosevelt más que baqueteado. Una Francia donde De Gaulle sucedió a Petain en cuanto a orgullo, pero no tanto en el paternalismo casi dictatorial. Un mundo donde los ideales aun contaban. Donde el nuevo enemigo se había perfilado claramente (el régimen autoritario y dictatorial de Stalin en la Unión Soviética, tan comunista como la China de ahora...) y había un agotamiento humano y material. Pero había ideales... sin ir más lejos, el actual estado del bienestar que tratan de desmontar a base de crisis evitables y aprovechadas, fue un producto de aquella época. O los muchos derechos laborales y sociales consolidados contra aquellos que pretendían eliminarlos mediante el autoritarismo fascista o de otros estilos. Ahora en el siglo XXI, da la sensación de que, en la época de mayor comunicación e interrelación (o eso parece) estamos más incomunicados y dispersos que nunca, puesto que el exceso de información genera indiferencia o escepticismo. Las ideas parecen todas puestas en duda, ninguna genera confianza ni credibilidad. Así que, sin política clara, todo vale, pero no todo vale.

A mí me da igual que hayan matado a Bin Laden. Pueden haber creado un monstruo, y luego derribarlo, solamente para sustituirlo en el futuro por otro enemigo invisible o de mala cara. La enseñanza ya estaba en la "Utopía" de Tomás Moro. Cito de memoria, "¿Qué más hacéis? Primero creáis criminales y después les castigáis..."

Un saludo,