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martes, 26 de octubre de 2010

Siempre están a la carga

El dueño de "Mango" dice el otro día que "Los funcionarios de la Administración pública deben pasar a tener un salario en parte variable y una estabilidad laboral como la de la empresa privada, todo ello, eso sí, a partir de que haya nuevos funcionarios"

Por otro lado, el secretario de la CEOE dijo también que "habría que rebajar las cotizaciones que pagan las Empresas por Seguridad Social porque no se podía financiar el superávit con ellos, y ayudar así a la creación de empleo".

Mientras, Hacienda araña un poco a ese país extraño y siniestro que es Suiza para lograr que unos cuantos cientos de empresarios paguen sus impuestos, puesto que su patriotismo es tal que prefieren los intereses de fuera que los posibles proyectos de dentro.

Y a los bancos y cajas, una petición, que vendan sus miles de viviendas retenidas a la espera de que suba el mercado inmobiliario, pero claro, a menor beneficio del que pensaban tener. Evidentemente, los bancos y cajas, benefactores de la sociedad, prefieren esperar a que las cosas mejoren, no ayudar a que el mercado de vivienda se estabilice de manera proporcional.

En Reino Unido, mientras, resucita el viejo proyecto de Thatcher o Major, vender las masas forestales a privados. ¡Un ejercicio de responsabilidad, por supuesto!

En Europa avanza la derecha, otra vez, con el acicate de la extrema derecha, punta de lanza del temor y el miedo ("somos radicales, así que votad a los menos radicales... aunque a medio-largo plazo, el resultado será el mismo") y los medios económicos siguen usando ésta crisis (¿cuánto de real, cuánto de inventada?) para recortar aquí y allí los derechos y beneficios adquiridos a costa de muchos esfuerzos.

Es la misma ofensiva, siempre, la misma guerra, siempre, y los mismos resultados, siempre. Un rico, señores, lo es porque ha robado. Simplemente. Si se tiene más que otros es porque muchos otros se les ha quitado algo o todo. Recursos limitados, población definida. Repartan, últimamente el pareto estaba en que el 20% de la población tenía algo así como el 80% de los recursos y riquezas. El 80% restante, tenía el 20% de los recursos y riquezas. No hay que ser economista, financiero u otro oficio de esos execrables para darse cuenta.

En fin, siempre están a la carga. Y el resto, como siempre, cada día más desorientado y perdido. Porque la izquierda, los sindicatos y todo aquello que solía ser la clave de la defensa, hace tiempo que es parte de esos otros. Y todos somos Quislings que niegan serlo...

Un saludo,