Buscar dentro de este batiburrillo

lunes, 12 de marzo de 2012

Las mezcolanzas sinérgicas

Tenía ganas de un título así, de modo que ahí está.

No es gratuito. Hay veces que uno lee prensa, escucha radio, ve noticias en la tele y habla con personas también informadas o relativamente, y descubre un batiburrillo de datos, un caos de cifras y letras. Y entonces, hablando, comparando, empieza a obtener, con eso de la sinergia, es decir, el aumento de valor de lo que uno sabe y otro sabe gracias a lo que ambos saben y añaden con lo que todos saben, un crucigrama de esos donde de pronto encaja las letras.

Por poner un ejemplo. Con la I de Iglesia Católica, uno saca que recibe más de 250 millones de euros anuales de los impuestos de los españoles, de los que marcan la casilla, más otras cantidades por diferentes vías como los datos que suele dar Ignacio Escolar sobre impuestos de los que van exentos, donaciones no tributarias, inmuebles registrados a nombre de la Iglesia Católica... en fin, que según un cálculo torticero, pueden llegar a tener unos 300 millones de euros dados en parte por una parte de la sociedad (que no alcanza el 35% de los declarantes...) y luego evadirse unos 1000 millones de no pagar impuestos, más los 500 millones que se les dan para mantener su patrimonio (y el de todos que ellos gestionan como si fuera suyo...) y en torno a unos 8000 millones que reciben por gestiones de sanidad y educación como concertados, que no criticaré en cuanto a la labor, pero sí a la gestión y formas, cuando podría hacerse de otras maneras. Sin contar las múltiples ayudas autonómicas y locales que pueden darles hasta 500 millones en conjunto (la JMJ sin ir más lejos, costó en torno a 60 millones al ayuntamiento de Madrid y otras instituciones), con lo que tenemos una cantidad unida a esa "I" bastante elevada.

Está la F, de Fraude Fiscal. Según datos del a propia AEAT, es más o menos de un 25% del PIB. ¡Una cuarta parte! Estamos hablando de, para 2011, año de crisis, hubo en el cuarto trimestre un PIB de casi 270 mil millones de euros. Una cuarta parte de esa cantidad es de unos 68 mil millones de euros. España tiene menos agentes fiscales (inspectores, administrativos, etc) por habitante que países como Francia, Alemania o Reino Unido. Así, si por ejemplo en estos tres anteriores es de un inspector por cada 700-800 habitantes, en España es de un inspector por cada 1600 habitantes. El aumento de plantilla, que no sería necesariamente doblarla, si no como los propios inspectores pedían, de un 20%, ayudaría a recaudar una cantidad de más de la mitad de ese fraude (unos 35 mil millones de euros) por un coste irrisorio en comparación. Así pues, la "F" aumenta mucho más, sumando esos casi 70 mil millones de euros.

Existe también la C de la Corrupción generalizada entre partidos políticos, sindicatos, grupos empresariales y otras instituciones como la bien ponderada Monaquía de la que somos súbditos que, mirando las noticias, es imposible calcular sin leer los periódicos con la calculadora en la mano. Los casos de Andalucía, Valencia, Galicia, Cataluña, Baleares, etcétera etcétera, pueden acumular miles de millones en corrupciones variadas. Sobornos a políticos, de empresarios y grupos más o menos anejos a la mafia, a funcionarios, regalos ostentosos, pagos, enchufes en la administración pública, ERE's fraudulentos, cursos de formación, subvenciones de todo tipo, color y pelaje... siendo conservador, un día llegué a calcular, sumando chanchullos varios, unos 10 mil millones de euros. La "C" tiene un volumen también elevado de gasto...

Está la L del Mercado Laboral. No usaré la M, de mierda, porque no lo veo apropiado, aunque todos lo estén pensando. En esa "L", impregnada de la cultura empresarial y laboral española, podemos meter el absentismo injustificado o el realizado con connivencia de otros actores, pero también los despidos improcedentes, los juicios de lo social, tantos, las horas extras impagadas, las ilegalidades manifiestas en muchas empresas sobre derechos, jornadas y salarios, y finalmente la (im)productividad que eso genera; largas jornadas horarias donde nuestro rendimiento es inferior a países con jornadas horarias mucho más reducidas. Algún político exige que "trabajemos más", pero sin darse cuenta de que no es en el número de horas donde hay que aumentar, si no en la calidad de trabajo de esas horas. Implica formación, dirección por objetivos de directivos capaces y competentes, gestionar de manera más eficaz las inspecciones y los controles... digamos, si uno atiende a los datos de coste por empleado en España (22.000 euros brutos al año) y los datos de PIB (270 mil millones en el último cuatrimestre de 2011) aprece que un 60% de actividad genera en España una cantidad muy elevada de PIB... dicen que nuestra productividad es de casi 100 puntos por hora trabajada (Luxemburgo tiene una productividad de 170 por hora, la más alta, y Bulgaria y Rumanía, de 35 puntos por hora, las más bajas) aunque también es cierto que somos de los que más horas dedicamos. Así pues, si queremos aumentar la productividad, teniendo uno de los salarios más bajos de Europa (22.000 euros brutos al año, unos 7.000 euros menos que la media UE y la mitad que los primeros países de Europa) no es lógico que se pueda reducir aun más la masa salarial como se pide con la reforma, ni que se permitan despidos y cambios de condiciones más flexibles, así como congelar o incluso reducir uno de los SMI más bajos de Europa... aquí estamos hablando de miles de millones perdidos por no gestionar bien los activos que son los Empleados, que no son un gasto, como aun parece pensar la clase empresarial, si no una inversión. Inversión que aun considera sus derechos y salarios como algo a estrujar en contra del empresario que no los ve más que como un gasto. Curiosa pescadilla que se muerde la cola y que con la última reforma laboral da más potencia a las mandíbulas...

Ya tenemos la sopa de letras. IFCL. Sumadas nos dan, por lo bajo, unos 100 mil millones de euros que podrían gestionarse adecuadamente generando más ingresos que gastos. Sin tocar impuestos. Sin tocar inversiones de Educación ni Sanidad. Gestionando ese dinero, que cubre con creces esa impía desviación que llaman "déficit" y que calculan en sus "recortes" en torno a los 35 mil millones de euros, aun quedarían casi 60 mil millones para gestionar adecuadamente todo lo dicho. Mejorar los esfuerzos de educación y bienestar social. Incentivar la economía con inversiones y subvenciones, recortando a los estamentos improductivos como el religoso o incluso el monárquico, cuyas cuentas demuestran que es otro chocolate del loro. Hace políticas, en suma, de un Estado INTERVENCIONISTA que busque manejar el dinero público, el de todos, como si fuera el propio, pero no para gastos y lujos, para desviarlo a temas suntuarios. Se necesita para ello gestores públicos que adquieran su plaza en libre oposición, funcionarios que tengan un sistema de evaluación, control, castigo y recompensas adecuados, y políticos que vean peligrar su existencia si ceden a la corrupción en demasía. Necesitamos otra mentalidad, otros valores, otra educación, otra forma de ver el mundo. Y no lo tenemos muy lejos, porque en España hay ciudadanos que ya no viven enclaustrados en un mito de España traumatizada por décadas de dictadura o siglos de atrasos. Tenemos capacidad, pero no tenemos quien la gestione políticamente de manera que cree un proyecto común, de verdad, para todos. Y por eso estamos como estamos.

¿Las siglas? Ordénenlas como quieran. FLIC, si apetece, que se refiere a una peli de cine negro donde la poli aparece retratada como algo brutal. Quizá inconsciente, quizá intencionado, ya saben... las sinergias. Cada uno puede interpretarlo a su modo. Pero son cifras y letras recogidas de aquí y allá. Y dan espanto.

Un saludo,