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martes, 28 de diciembre de 2010

Apolíticos

Después de muchos años y antes de terminar este, ya he llegado a la siguiente conclusión; desconfío del que se declara "apolítico" o "yo de política no hablo". ¿Por qué? Pues sencillo, porque en el mundo todos nos movemos por una motivación política, queramos o no ser conscientes de ello.

En el diccionario de la RAE dan tres acepciones de "política" que comparto plenamente, a saber:

9. f. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.

11. f. Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado.

12. f. Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado.


¿No somos siempre políticos? Cuando estamos tratando de algo con alguien, estamos aplicando nuestras visiones del mundo, sesgadas por la educación, la experiencia y lo razonado. Si somos conservadores, no actuaremos igual que si somos progresistas, ni tampoco si nos declaramos dogmátidos de un espectro u otro, incluso el centro inventado. Somos lo que somos, pero parece que nos da miedo definirnos. Si lo hacemos, podemos ser blanco de críticas, insultados incluso. Y siempre creeremos que las mejores maneras de hacer algo son, cómo no, las nuestras o aquellas que hagan aquellos con quienes compartimos ideas políticas.

Somos políticos, y sobre todo cuando nos declaramos "apolíticos". Cuando decimos aquello de "todos los políticos son iguales", nos estamos demarcando, no desmarcando. Al afirmar aquello de "la política, para los políticos" desviamos realmente el tema y nos mostramos claramente de una opción. Porque es curioso, con los años, he ido observando que hay dos grandes polos, los conservadores, de derechas, tradicionales, y los progresistas, de izquierdas, más rompedores. Entre medias y a los extremos, hay muchos tipos, también. Pero nadie escapa de la clasificación, incluso aquellos que toman rasgos de todo el paraje ideológico. Y al final, como se veía en "Los profesionales", incluso los cínicos desencantados son lo que son, siempre. Eso, y que al final es una lucha entre buenos y malos... adivinen qué adscripción suelen tomar los "malos".

En suma, acaba el año, soy más viejo y, extrañamente, soy menos conservador y de derechas de lo que se supone. Hay un dicho irónico afirma que a partir de cierta edad, si no se es de derechas, falta la razón. No, la realidad es que la razón les falta siempre a los mismos, a los dogmáticos, los autoritarios, los desgraciados que tratan de imponer su mediocridad a los demás. Ellos siempre están ahí, en cualquier forma de autoritarismo, sea fascista, nazi, estalinista, burocrático, de republiqueta militar iberoamericana, caudillista o como se forme. Siempre, al final, siempre, todos debemos ser políticos. Porque si no lo somos... otros lo serán por nosotros. Siempre para nuestra desgracia.

Así que lo dicho, desconfiad del "apolítico". Lo que realmente desearía es que no hubiera más opciones... que la suya.

Un saludo,