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lunes, 5 de mayo de 2008

El final de un sueño.

Viendo el partido entre el CSKA de Moscú y el Maccabi en el pabellón de la Comunidad de Madrid, el mismo donde hace casi un año pude ver el triunfo de Rusia en el Eurobasket ante España, observo las diferencias. No las siete, si no las siete mil. Cientos de aficionados de uno y otro equipo abarrotando las gradas, casi hasta la línea de campo, gritando, imponiéndose con cánticos y gritos, como si fuera una batalla. Ambos equipos tienen aficiones guerreras, volcadas, ligadas a ellos como no lo están otros. Y la del CSKA animó fuerte, muy fuerte. De hecho, hasta los presidentes de ambos clubes estaban en primera fila, detrás de los banquillos, y aunque las chaquetas y los puños con gemelos de oro, los relojes caros y las corbatas de diseño y alfiler de piedras preciosas estaban ahí, también los gestos de angustia, de felicidad, de ansiedad, las bocas gritando, los puños crispados, el pálpito del baloncesto arrasándoles. Y las siete mil diferencias continúan, de esa manera...

Pepu se va. Estaba en la grada, serio, como siempre, junto a Aito. Dos monstruos. La Federación ahora se queja de que "no era el momento ni la forma adecuada" de hacer pública la dimisión. ¿Cómo, entonces, en qué mejor marco que ese, para resaltar aun más la diferencia, la crítica tácita escondida en hacerlo público en un campo repleto de aficionados extranjeros, sin vips, sin pisaverdes y petimetres que de Baloncesto no saben ni cuántos juegan? ¿Dónde mejor que en el escenario en el cual España pudo ser campeona y no lo fue, por los buitres de la prensa, esos periodistas que ensalzan igual que arrastran, en un cainita ejercicio propio de nuestro país y otros similares? ¿En qué otro lugar, donde el drama se representó, por una parte, con muchos de los mejores jugadores que hemos tenido en el deporte más bello que conozco, y por otra, por aquellos que esperaban, sin tener ni puñetera idea, palizas a los rivales por diferencias de 20 y 30 puntos, siempre algún mate de Rudy en alley-op, pabellones llenos, victorias sin más esfuerzo que el de sentarse con las pipas y la cerveza en los espacios cómodos y habilitados para figurar o encendiendo la televisión?

El CSKA y el Maccabi lucharon una guerra que no va con nosotros, por lo que se ve. Por eso tenemos tantos jugadores muy buenos fuera de España. Por eso los que se quedan luchan tanto. Por eso la afición, exigüa, pero de calidad, minoritaria, pero entendida, escasa, pero fiel, llora en silencio y se lamenta tanto. Por eso somos elite, y lo digo con toda la consecuencia. El fútbol es comprensible con media neurona. El Baloncesto exige atención y cierta inteligencia. Y en este país, en España, hemos dado la vuelta por encontrar lo ramplón, lo facilón, lo simple. Por eso Rusia ganó el torneo, porque fue la que mejor aguantó. Por eso España no lo tendrá facil en Pekín, por que habrá gentuza que no entiende de Baloncesto pero pontificará como si supieran de toda la vida de qué va eso de pasar un campo en menos de 8 segundos. Por eso ya tengo la vista puesta en el recuerdo, en Rudy con la red de collar, en Pau con las muletas, llorando, en Jiménez tranquilo, preguntando a Pepu que cómo estaba en el podio. Por eso resuena en mis oídos el grito cabal, sincero, crítico y batallador de Pepu, aquel "BA-LON-CES-TOO" que todos aplaudimos un día en Madrid, en la Plaza de Castilla. Porque se está acabando una época, o por lo menos, no se ha iniciado una que muchos, esperanzados, presentíamos.

El CSKA es un equipo de talonario. Y el Maccabi. El Tau no le echó todo el coraje que debería, arrugándose antes de tiempo. Del Montepaschi no comento porque apenas he visto. Y la última diferencia; nada más terminado el partido, un buen partido, los periodistas consideraron que ya era demasiado y que ni había que hablar del partido, con repeticiones, con la proclamación del MVP, con algún comentario más. Se cortó inmisericordemente para anunciar, ¡Oh, Dioses, Magna noticia, imprescindible para todo el Universo! la victoria del Real Madrid de fútbol y la liga que ha ganado. Que por cierto, según me comentan algunos aficionados, no la ha ganado por ser mejor, si no por ser el menos malo. Como siempre, últimamente, en fútbol.

Pepu se irá. Garbajosa no jugará, casi seguro. Pau, si llega lejos con los Lakers (y parece que así será) dudo que pueda estar para los Olímpicos. Otros jugadores están con situaciones diferentes a las de hace un par de años.

¡Qué lejos queda ya, en la memoria de algunos, aquellos días en que España, a pesar de España, hizo historia!


Un saludo,