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jueves, 15 de mayo de 2014

Los Graco en el Tíber

"Madre, voy a votar lo de Pérgamo y el cambio agrario", debió decir Tiberio Sempronio Graco poco antes de que una turba de senadores y acólitos le machacaran la cabeza y le arrojaran luego al Tíber. Quizá añadiría un "Y dile a mi hermano Cayo que no me siga, que esto de ser hermano menor es un rollo, les da por imitarlo todo". A Cayo también le tiraron al Tíber, por lo mismo más o menos.

La muerte de Tiberio y de Cayo fue por inquina personal de ciertos senadores, entre ellos el descendiente de los gloriosos Escipiones. También eso es un poco como ser el menor de la familia. Quieres imitar a los mayores y acabas pareciéndote a un vendedor de ganado. Pero en la República romana había algo claro; oiga, su política no me gusta, ¿en qué costado clavo mi daga?

Lo de los Graco me viene a la mente... no sé por qué. De éstos últimos días, diría yo. También me asoma, no sé por qué, eso de Allende y su asesino diciendo que no hay nada que negociar con el "hijo de puta" aquel. Ni te cuento la inquina a Julio César. De Robespierre y muchos otros que pasaron de la mesa de firmas a la guillotina tampoco hablo. Y muchos de los que amanecían pidiendo un voto para hacer X cosas (un programa, dicen que tenían) y luego terminaban amoratados a golpes, acuchillados, rebanados o con destinos similares (todos de muerte) por no haber cumplido su promesa, pues no caben aquí, qué puedo decir... pero eso sí, en el siglo XX hay un fenómeno nuevo para ellos, aumentado en el XXI.

El "pero era buena persona". Si a los Graco se los cargan hoy por, no sé, proponer una reforma en la que se quitara el terreno improductivo a grandes fortunas nobiliarias e instituciones religiosas, seguro que determinados sectores de publicación lo verían como normal. Si a Julio César le vuelven a meter 23 puñaladas en las escalinatas del Congreso por querer proponer una alianza de todos los sectores contrarios a su mandato, estoy convencido que le acusarían de genocida para arriba y bien merecido lo tuvo. Pero se les pondría para arriba de buenas personas, por más que uno fuera un intrigante de tomo y lomo y otro hubiera matado a miles sin parpadear. "Separen al hombre del político". Coño, no sabía que se podía. Se puede desdoblar uno, desgajar una faceta que tiene y dejar que cobre protagonismo y crezca haciendo sombra. Así que ya veo a las protectoras de animales poniendo fotos de un Hitler acariciando pastores alemanes o a los veganos nombrándole santo patrón. A los amantes del cine con posters de los líderes norKim-coreanos, que son fans. A... va, venga, me pillan la idea, ¿no?

Uno es lo que es y de eso se trata. No es una persona luminosa de 8 a 15h y un hijo de puta desalmado de 16 a 21h. No es menos asesino por matar a su mujer y saludar a sus vecinos en el rellano, ni más si no les saludó nunca. Uno es. Y ser político lo somos desde la primera hora del día. Elegimos una cosa y ¡ZAS! hemos hecho política. No suenan canciones pegadizas de mítin ni nos rodean periodistas para preguntarnos. Es así. No somos tampoco políticos por ir a doblar un papel con un listado (ni siquiera un nombre...) tachado cada cuatro años. Lo somos cada segundo. En las tertulias del bar, en los comentarios de la casa de comidas, en las cenas familiares. Cuando hablamos expresamos. Aunque rebuznemos...

Yo he escuchado rebuznos y quejidos de asno similares a los mismos que llevo escuchando años. Unos que "lo tendría merecido" o "que se maten entre ellos a todos y nos dejen en paz" o los de "es una vergüenza lo que se escucha" y "nada justifica un asesinato". ¿Nada? Pues los asesinatos tienen justificación, qué quieren que les diga. Respetable o no, pero la tiene. Otra cosa es que la ley que impere en ese momento diga algo al respecto. No sé, con Hammurabi esto no era así, ni tampoco con las XII Tablas, ni con el Código Napoleónico. Pero todo asesinato es una justificación para el que lo comete. Muchas veces es simple. "No soporto que ese exista". De decirlo a hacerlo median muchos pasos, pero que levante la mano quien nunca haya pensado en cumplir su sueño como aquel relato de Ballard, "Ahora: Cero". Hipócrita de la tercera fila, levanta la mano tú también...

No me regocijo en la muerte de alguien que apenas conocía, ni que era para mí representante de nada. Ser político es lo que tiene, esto es, ser humano en medio de cualquier civilización es lo que tiene. Puedes morir. La manera es lo que diferencia sutilmente el asunto. No es igual desnucarse contra una piedra afilada del monte que hacerlo a manos de alguien. La primera pueden llamarlo torpeza, la segunda, asesinato. Y el motivo del mismo es lo que interesa. Pero a la ley. Si la persona que se desnucó accidentalmente era una ladrona, grosera, arrabalera, odiosa persona, su muerte no cambia nada de eso. Si era buena persona, tampoco, aunque seguro que alguno ensuciará su nombre. 

No, la muerte no imprime sello de buena conducta a la vida perdida. Es eso, muerte. Pero con una sociedad que no comprende la muerte, ¿qué puede esperarse? Vergüenza ajena, que yo no siento desde hace muchos, muchos años...

Si hoy un Graco hablara con su madre, le diría antes de irse y acabar apuñalado sobre el Tíber algo así como "Mamá, no abras la puerta a estos medios, y a estos otros, diles que fuí un chico estupendo que siempre merendaba su leche con galletas". Aunque seguro que la madre ya estaría echando el ojo a algún programa de Tele5...

Un saludo,