Buscar dentro de este batiburrillo

miércoles, 14 de julio de 2010

O tempora, o mores

Leer los medios o escucharlos o verlos es un ejercicio de criba y filtro digno de cualquier Prometeo. Pero de cuando en cuando se escapan noticias que puedes entender, dado que los diferentes medios las tratan (o las ignoran) de manera muy aséptica. Porque a veces da igual, o porque no hay opinión.

Mi noticia favorita (jueves-viernes 8 y 9 de julio) es la del millonario español llamado Demetrio Carceller, uno de cuyos artículos está aquí. Sorprende lo escueto de la información, el hecho de que no apareciera en medios televisivos, que otros periódicos lo hayan dado igual de breve o ni siquiera eso, y que del imputado no existan fotos. Pero lo interesante es el trasfondo...

Otra cosa que me encanta es lo del velo. Los tipos de velo. Bien, un debate que no está siendo claro ni sano ni bien encauzado (¿alguna vez algún debate cumple eso?) pero que es importante. Mi gran duda es, ¿es una cuestión religiosa? pues entonces, apliquemos un laicismo real. Sin dobles raseros, que incluya a todas las religiones. Personalmente, soy de la opinión de que las religiones han de estar fuera de toda la esfera pública, sea la que sea, porque entorpecen el correcto desarrollo de la vida humana. Las manifestaciones públicas, por otro lado, que queden completamente reguladas, respetándose los derechos de todos. Y así, por ejemplo, si alguien lleva el velo, el que sea, un día de julio a 40º, a mí me da igual, pero si pretende escudarse en eso para no identificarse ante un policía o un funcionario público, multa o sanción. Si un padre pretende justificado por su religión impedir que su hijo reciba una transfusión o atención médica, sanción al padre. Si un peatón protesta contra una procesión religiosa porque le impide la libre circulación por la calle, que antes dicha procesión haya pedido el pertinente permiso a las autoridades y se publicite correctamente, so pena de sanción. Y así con todo...

El dinero y la religión siempre se han llevado bien. Hay que tener pobres ignorantes a los que saquear y explotar y que vivan siempre apegados a normas absurdas, a ideales caducos y falsos, antes de que se den cuenta de su potencial. Así que no me extraña que el tal Demetrio se llevara su dinero de España, y que seguramente luego fuera a misa dominical o a las procesiones, discretamente, eso sí, de Sevilla.

¿Qué dijo Bakunin en "Dios y el Estado"? Ah, sí, que "¿Cómo puede nacer en un hombre inteligente e instruido la necesidad de creer en ese misterio?". El misterio del dinero y la religión, claro está...

Un saludo,