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jueves, 4 de septiembre de 2008

La Iglesia Evanjelica para la formación...

No, no han leído mal. EvanJelica. Tal cual. Es un cartel que he visto, discretamente guardado tras una puerta que antaño fuera taller mecánico y ahora, reconvertido en Iglesia que ocupa parte del sótano de mi viejo hogar, del que me mudo en breve. Y eso, porque mi padre, siempre observador, me descubrió la instalación de ésta Iglesia de inmigrantes iberoamericanos ahí mismo, bajo mi puerta.

Puedo decir que no es el único negocio que han abierto. Al lado de mi portal, antaño había una empresa de limpieza. Ahora es gestoría para llevar los papeles de los inmigrantes, preferentemente, ecuatorianos. En una esquina, el bar de siempre, donde me envicié con mi primera máquina matamarcianos (bueno, realmente, el Double&Dragon) ahora es una especie de bar fantasma regentado en ocasiones por extraños sudamericanos. En la calle de al lado, otro bar, donde me tomaba churros con chocolate en las mañanas de resaca, ahora tiene platos impronunciables, también de éste colectivo.

Por la calle los veo, igual que los quinquis antiguos del barrio, con camisetas rotas o sucias, achaparrados, igual de morenos, regordetes, seseantes, miradas desconfiadas, salvo cuando están con sus compañeros en el antaño bar de los siniestros más conocido de Madrid, el "Brujas", epítome de las peleas de bandas callejeras de cuando copiábamos el sistema a N. Y. pero sin ir más allá de los puñetazos. Ahora, beben allí, pelean a puñetazo limpio igual que antes siniestros, rockers, punkis y fachas, pero entre ellos, por mujeres mayormente, por palabras mal entendidas o mal dichas, por desesperación, por alcoholismo y por trabajos que siguen embruteciendo a los hombres.

Todos ellos, ahora, tienen una Iglesia EvanJélica. Con J, por supuesto. Indiferencia a la B y la V (vodas, he leído, y vizcochos) a la G y la J, a la S en vez de la C (casi siempre) aunque mucho voseo y uso del usted... agora tienen, vive Dios, una Iglesia donde formarse. ¿En gramática? ¿sintaxis? ¿fonética? ¿semántica? ¿ortografía? No. En la única forma de agua, según reza uno de sus panfletos, que de verdad sacia la sed... ni que fuera un anuncio.

Alguna vez he expresado que no me importa la inmigración. Mi padre pasó años en Bélgica y Alemania. Trató de cruzar los Pirineos cuando cumplió 18 años, siendo detenido por la Guardia Civil y devuelto a su pueblo con algunos golpes. Mi tío Vitorino también emigró, se casó con una belga, vivió allí muchos años y ahora, por aquello del buen clima, vive en la costa con su pareja. Tengo familia que ha viajado e incluso una rama instalada en Australia. Dentro del país, muchos han cambiado su residencia, yendo en busca de trabajo y mejores oportunidades. ¿Acaso con éstos antecedentes no he de entender a qué viene un rumano, un senegalés, un ecuatoriano o un marroquí?

Pero en esas historias de inmigración de antaño, algo había diferente. Cuando en los barracones donde se alojaban alguno montaba gresca, robaba, se portaba como un cenutrio o la hacía gorda, los propios compañeros le echaban con cajas destempladas, y trataban, con mucha vergüenza, de no relacionarse con ellos ante los patronos. Se intentaba ser educado, respetuoso con normas y conductas que no eran las propias, a veces asombrados de la distancia ética y material entre España y el país en el que estaban. Había consideración, casi veneración, ante aquellos ciudadanos de otros países.

Aquí, sin embargo, la cosa es diferente. España es el segundo país del mundo que más inmigración ha recibido después de EEUU. Flipante, colega. Y claro, con todo entra lo bueno, lo malo y lo peor. Y en general, entra lo que puede entrar, aquellos que se lo han trabajado para estar aquí. Y muchas veces, ante la perplejidad y silencio de los que estábamos ya por acá, han decidido que no tenían que respetar reglas de nadie, salvo las propias, y tampoco dar cuentas a nadie. Lo entiendo; somos un país que emite miles de normas y siempre buscamos la manera de incumplirlas, si no de ignorarlas. Buen ejemplo.

Eso sin embargo ha degenerado. Y ahora, con el grifo de la construcción estrangulado, muchos se plantean, ay madresita, virgen del camino y otros santos varios, si ha sido buena idea venir aquí. Pero para eso ya está su solución; la Iglesia EvanJélica... donde serán formados en... las buenas doctrinas del patrón religioso charlatán, previo pago de una buena comisión. La Religión organizada es lo que tiene, si no se le paga, como la Mafia, rompe algo. No piernas, pero sí nervios morales, fibras éticas y otras esencias dignificadoras de la vida.

Tomad este mensaje como un chiste. El de un país donde dejamos (ya lo hacíamos) degenerar el lenguaje, y por tanto, la expresión de la realidad. El de un país, España, que no ha sabido acoger a éstas personas, y ellos, en consecuencia, han hecho lo que les ha parecido. ¿Guardar colas? Cuando parece que algo parecido se formaba en las marquesinas de autobús, llegaron ellos para ignorarlas... y recibir reprimendas, como la de mi padre, emigrante retornado, es racismo. Igualito que el de los rubios y atléticos belgas que arrasaron su Congo durante años...

Gracias, evanJelizadores. Gracias a vosotros, la humanidad está mejor.

Un saludo,