Buscar dentro de este batiburrillo

jueves, 10 de diciembre de 2009

Izquierda, izquierda, derecha, derecha... ¡Un, dos, tres!

Hilado de sucesos. El otro día por lo visto, Hermann Tertsch, anteriormente periodista de "El País" y comunista, ahora presentador del informativo nocturno de Telemadrid, soltó uno de sus últimos exabruptos de hombre de mundo, de esos que demuestran que no tiene pelos en la lengua.

En el programa de Wyoming, posteriormente, tomaron esas palabras y montaron un número sarcástico para reírse de él y ridiculizarle de manera ácida.

Hermann Tertsch anuncia que de él no se ríe nadie y menos el programa de Wyoming, por lo que anuncia que interpondrá una demanda.

Días más tarde, Hermann Tertsch sale de un bar de Chueca (no sé si será homosexual, ni me importa) y le dan una paliza. Le ingresan en un hospital y unos dicen que ha puesto denuncia y otros, que no.

Acto seguido, Esperanza Aguirre arremete contra todos los "Medios de Izquierdas" y es arropada por los corifeos del ala que ella controla o jalea. Libertad Digital, Telemadrid, Intereconomía... anunciando que son actitudes como las de la broma que Wyoming ha montado las que cubren ésas acciones violentas.

Izquierda... Hermann es un bocazas, pero no se lo merece, si es que tiene que ver...
Izquierda, izquierda... además de bocazas, un tipo miserable que sí lo merece...
Derecha... lamentable suceso contra la libertad de expresión...
Derecha, derecha... y un intento de izquierdas totalitarias de hundir el Estado...

¡Un! ¿Está todo tan conectado?
¡Dos! ¿Vale todo para hundir al contrario?
¡Tres! ¿tan imbéciles debemos ser los ciudadanos?

Delante, detrás...

Un saludo,

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo, como siempre.

Saludos.

Andrés dijo...

La respuesta a la tercera pregunta es un sí, decididamente. El ciudadano moderno vive generalmente idiotizado y manipulado, y es peor aún en las generaciones que se están incorporando ahora al mercado de trabajo: el fútbol, el botellón, la telebasura, la religión, los vaqueros de marca, tener un iphone con muchas apps, etc... he aquí las cosas que les preocupan de verdad.

En esto gran parte de la culpa recae sobre un sistema educativo que ha renunciado a educar. O que quizá nunca tuvo esta función, pero que falla en algo tan esencial como es transmitir cultura.

Aunque también hay que decir que estas nuevas generaciones no pueden contar con el apoyo familiar a la hora de formarse como seres humanos, en parte porque los interminables horarios de trabajo de sus padres dejan a estos jóvenes a merced de la educación reglada, y a ésta la cargan con unas responsabilidades que simplemente no puede asumir.

Si uno fuera un poco paranoico, en sequida vería un perfecto mecanismo para deshumanizar a los ciudadanos y hacerles menos conscientes de sus derechos y de sus responsabilidades.

En fin, las respuestas a las dos primeras preguntas se siguen de aquí.

David P. Sandoval dijo...

¿Derechos? Todos
¿Responsabilidades? Ninguna

Delegamos las segundas y nos quitan los primeras... justo intercambio si no sabemos negociar.

Un saludo,