Buscar dentro de este batiburrillo

lunes, 31 de marzo de 2014

1978 y nuestra actualidad

España ha tenido constituciones para parar un carro. La última es la de 1978, la que consagró una II Restauración casi 100 años después, introduciendo entre los actores a los nacionalistas "periféricos" como se les dió a llamar. En lugar de Liberales y Conservadores (izquierdas y derechas, vendríamos a decir... qué cosas... cuando ser liberal era... ser liberal. Y no un postfranquista rancio...) ahora tenemos PSOE y PP.

El llamado "Régimen de 1978" parte de un supuesto muy curioso que quiero analizar, someramente. Franco muere en 1975. Muchos ya prevén este suceso (nadie mató al Dictador, ¿para qué? Benefició a tantos...) y se preparan para el nuevo escenario. No es fácil. La CEE está recelosa. Existe la URSS y los EEUU quieren un país que sea proclive a ellos, no posiblemente contrario (recordando experiencias de la Guerra Civil) por lo que desean una España en la OTAN. Pero las ficciones pueden, y si no se firmó nada "limpio" con Franco, porque no podías admitir que estabas apoyando un régimen fascista (bueno, va, autoritario según los diccionarios esos...) interesaba una ficción "democrática". Las piezas ya están en el tablero. Un Rey que no va a serlo, un heredero que lo será si calla bien, un falangista simpático demócrata de toda la vida... y entonces, con el trasfondo de más de 600 asesinatos (muchos desde la ultraderecha, que no es ultra, es franquista, esto es, fascista a la española, como las aceitunas) se le dice a todo el mundo la gran mentira:

"Si ustedes no apoyan este proyecto de Constitución, que trae mogollón de derechos y libertades, que consagra la llamada MONARQUÍA PARLAMENTARIA, que dice que todos somos muy majos siempre que tengamos un Rey al que blindaremos en el Título II como si no hubiera mañana, los malos, los fachas, los militares, los curas, los guardias civiles, todo perro pichichi, va a lanzarse a matar a los contrarios por rojos, republicanos, izquierdistas de mala fe, satánicos y de la URSS, que es como de Carabanchel pero en suave. Vamos, que o apoyáis el lote completo o hay guerra. ¿Negociar? El pueblo es el enemigo y con ellos no negociamos, que a lo mejor se creen con poder..."

En resumidas cuentas, si no se apoyaba la CE de 1978, eras un rompepatrias, guerracivilista, terrorista, infame contrario a la reconciliación ("oiga, gracias por pegarle tres tiros en la nuca a mi padre, madre y hermano, aunque no sé en qué cuneta está, gracias, me reconciliaré con usted, que como ganó y me puteó 40 años, no me queda otra que tragar y joderme... aunque usted viviera 40 años como Dios") y todo eso. Y muchos, por miedo a los tanques, por miedo al retorno de líneas duras, proclamadas por los tontos útiles (Falangistas, Jonistas, Franquistas de toda la vida...) votaron que sí, que claro, que esa CE molaba mazo, que España estaba en la senda buena, que éramos todo lo occidentales que nos pidieran ser (OTAN, CEE, capitalistas de pro) aunque hubiera que desmantelar fábricas, astilleros, deslocalizar actividades, arrancar olivos y plantar tonterías (y qué bien arraigan en nuestro suelo) y entonces...

Es curioso. El 31 de marzo ha hablado Rouco, nombre que emparenta demasiado con cierto actor italiano, y que se parece al tiempo a cierto locutor y tal de la movida. Y lo que dice es lo mismo de entonces. "Cuidadito que como la cosa se vaya de madre hay otra Guerra Civil". Así de claro y tocho. Las derechas se ven imparables, aquí y fuera. El extremismo hace que se vean más moderadas de lo que realmente son. Y justo aquellas que menos querían la CE de 1978 ahora la defienden a ultranza. Será cierto ese pequeño axioma de la Historia que me inventé leyendo a Asimov; los progresistas asaltan la fortaleza de X, la toman, remozan y reparten el botín un poco entre los asaltantes y el pueblo que miraba. Luego, con el tiempo, se instalan en ella y no quieren salir, dan algún regalo pero la gente se mosquea y permite que vuelvan los conservadores que fueron desalojados, que llegan y, con el conocimiento de siglos, restituyen las almenas y los portones, cierran a cal y canto las habitaciones comunales y se dedican a sangrar al plebeyo de nuevo. Pero dejan algunas de las reformas sin tocar, porque a la gente les gusta, incluso el simbolismo es práctico...

La CE de 1978 está, para mí, en estado más terminal que Franco en 1975. Que muchos no hayamos votado entonces significa que podemos pedir la revisión. Que muchos que la votaron entonces se sientan estafados y engañados y vean que les metieron el miedo en el cuerpo, como ahora también, significa que podemos pedir su revisión. Y que quienes bloquean su revisión son los partidos dinásticos (PP y PSOE) y quienes piden su cambio son demagogos populistas (IU y UPyD) logra que piense lo mismo, siempre. Que Lampedusa es un puto genio. Y que no habrá cambio real. Que cuando la carcoma, como pasa siempre, rompa los cimientos, el edificio entero se caerá, y en España eso significa navajazos entre ruinas, pero con orgullo, eh... que somos eso, ejjjpañoles. Tontos de boina calada, pero ejjjpañoles.

Y ahora, en un alarde demográfico, piensa, astuto lector... ¿cuántos conoces que votaron en 1978 a favor de la CE? ¿Cuántos conoces en contra? Haz números y piensa si estás representado... a fin de cuentas, Jefferson, un tipo menos conocido que Suárez aquí ("Dinastía o algo así, no?" dicen con desparpajo unos jóvenes y jóvenas sumamente preparados... para MYHYV) dijo aquello de "Cada generación tiene derecho a cambiar toda la legislación de la anterior y vivir acorde a sus normas y principios".

Aquí vivimos como en tiempos de Roma, chicos. Como siempre desde la sedentarización; oligarquías, siervos, peatones de la Historia y lameculos de todo tipo y calaña similar. Lo que he dicho, España. Ejjpaña. Españistán. La Marca Hispánica.

Un saludo,

No hay comentarios: