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lunes, 1 de octubre de 2012

Estancamiento.

Hoy es una de esas tardes en las que me encuentro bastante pocho. Un dedo fisurado, un catarro que va creciendo, y las noticias que siguen siendo absolutamente negativas. ¿Qué va pasar con Cataluña? Me importa mucho menos que el futuro de nuestra sociedad. ¿Quiénes liderarán las listas en las elecciones gallegas, vascas o catalanas? Me importa mucho menos que la necesidad de cambiar todo el sistema político actual.

Rajoy hablaba de una mayoría silenciosa. Yo prefiero hablar de una mayoría estancada, indiferente y de espaldas a la sociedad en la que está inserta. Preocupados de nosotros mismos, ajenos a los problemas de futuro, estancados en una vida que nunca comenzó, y nunca dejará de terminar.

Esa mayoría es la que permite que nos gobiernen aquellos que nos prefieren de espaldas a la verdadera política. Porque la política es algo que hacemos todos, uno a uno, juntos desde siempre. Hacemos política cuando tomamos una elección, cualquiera que sea, ya que las elecciones que tomamos son también ejemplos para otros, y una actitud es tan importante como un hecho. Esa mayoría, ahora mismo, es la que permite que nuestro país esté estancado.

En otras épocas, se buscó sacudir esa indiferencia, esa abulia, mediante la violencia. Sin embargo, a día de hoy, dicho recurso se ve perjudicado por la visión negativa de la misma se tiene. Así pues, como cualquier movimiento de corte socialista, comunista o de izquierdas en general, se encuentra también totalmente desacreditado, hallamos el signo de nuestros tiempos actuales; el estancamiento.

Las manifestaciones de estos días demuestran que hay una cantidad de gente molesta, indignada, harta. Pero no se articula una alternativa. No se ve. Anguita con su plataforma cívica es un endeble intento de estructurar, bajo su bien construída argumentación, esa alternativa. UPyD es, como fue Ciutadans en su momento, otro intento de cambiar el sistema desde dentro, pero demasiado lento. Y no hay más, salvo decenas o cientos de grupos variados sin alternativa real. 15M, DRY, etc... 

Es curioso, y ya lo dije cuando el 15M, que digan tantos tantas cosas sensatas. Pero ninguno de los que emiten tiene el poder. Hay un desfase total entre los detentadores del poder REAL y los deseosos de hacer que éste cambie. Una de las eternas luchas en la Historia...

Y creo que eso se debe a la inmovilidad y miedo de la mayoría social. Uno por uno, pueden decir cosas sensatas. En grupo, en masa, se diluyen y pierden forma. Y son arcilla entre quienes conocen y controlan los resortes del poder. El verdadero PODER.

Así pues, gracias a esa masa informe, estamos todos estancados. Oh, sí, una piedra en el estanque genera ondas, pero éstas se mueren en orillas quietas, absortas en la más absoluta nada...

Un saludo,

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