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viernes, 6 de abril de 2012

De Jesús, un Cristo y los Mesías

En esta época no puede uno menos que ver entre media docena y medio centenar de películas "de romanos" que incluyen desde el Egipto de hace 4000 años a los romanos de hace 2000 o los apóstoles de un poco menos y sus perseguidores. Vamos, que es época de "cine bíblico". Y de todas, las que más llaman la atención son las centradas en la figura de Jesus. O Jesucristo. O el Mesías. Y es curioso. Son tres cosas y personas muy diferentes.

Yo para esta semana recomiendo algunos documentales. Los de Dawkins suelen ser muy atractivos. El titulado como "The God who wasn't there" de Brian Flemming contiene muy buenas entrevistas y un cierto sentido del espectáculo. Las famosas "Atheist tapes", con entrevistas de la BBC a personalidades de la cultura o la ciencia, también se hacen necesarias, complementadas con otros documentales de la misma cadena, "A rough history of disbelief". Se pueden combinar con otros documentales de la BBC como "The power of Nightmares", para saber cómo jugar con la esperanza y el miedo...

También se puede uno dar a la lectura. Gonzalo Puente Ojea, ex-embajador en el Vaticano, tiene algunos libros como "Elogio del ateísmo" que pueden ser interesantes. Michel Onfray y su famoso "Tratado de ateología" y casi cualquiera de sus libros ayudan a reflexionar. O "El espejismo de Dios", de Dawkins. También los textos de Bertrand Russell, un escritor monumental. Y por supuesto, al gran Marvin Harris, cuyos excepcionales argumentos con la base del materialismo cultural dan lugar al título de esta entrada.

¿Por qué he separado tres cosas que muchos, sobre todo creyentes, identifican como una sola? Jesús, como figura histórica; el "Cristo" y el "Mesías". Tres cosas diferentes, y no iguales.

Jesús como figura histórica ha sido abordada en muchas ocasiones. Me gusta la de mi amigo Cavernarius, cuyo blog, aunque cerrado, dedicó varias entradas al tema (aquí copio enlace a la primera: http://nacionalcatolicismo.blogspot.com.es/2006/02/la-familia-de-yeshu-ben-pantera.html) y que, en todo caso y por resumir, para mí queda así. Me imagino a Jesús, cuya existencia es más que dudosa (un párrafo falseado en el medievo por un monje dentro del texto de Flavio Josefo, que escribió de la gran revuelta judía del 66 d.n.e.; los "evangelios" escritos más de 40 años después de la supuesta muerte de Jesús con numerosas incongruencias e invenciones... y ningún otro texto, nada de restos arqueológicos, ninguno epigráfico o artístico y ninguno más literario... una falta de pruebas muy inquietante) como un guerrillero zelote opuesto a la dominación romana por medio de las facciones religiosas y étnicas judías, un hombre de celo fanático atemperado quizá por algunos actos o, incluso, por los que después reelaborarán sus "apóstoles". Jesús, por tanto, no es ese ídolo hippie o señor de túnica blanca sin cinturón (incómoda para andar por Galilea) con grandes barbas y pelos largos. Sería un judío más, enfadado por ver que nunca se cumpliría lo proclamado por los gobernantes religiosos y políticos de su época. Mala tierra, Palestina, rodeada siempre de tantos imperios, reinos y potencias superiores.

Pero está eso de "Cristo" y de "Mesías". Son dos términos para lo mismo. El Ungido. ¿A quién se ungía en aceites y perfumes sagrados, caros de obtener? A los reyes y gobernantes. La primera es una palabra griega, mientras la segunda es hebrea. Y entonces, ¿cómo es que permaneció la primera quedando relegada la segunda? Sencillo. El cristianismo es una religión greco-oriental, nacida y desarrollada por gentes de pensamiento griego y oriental de la koiné y en la oikoumené greco-romana. Una religión que se nutrió de todas las anteriormente existentes, incorporando y alterando algunos puntos. Del judaísmo pasó al cristianismo. Y entre medias, se necesitaba una figura. El tal Jesús, ejemplo de lucha contra Roma, era una buena opción en las provincias orientales de un Imperio Romano que allí no estaba tan asentado a causa de los partos y sus políticas de desestabilización. De pronto tenían ya una figura de carne para esos ropajes recosidos...

"Mesías" hay muchos en el mundo judío. Antes y después del que asignan a Jesús. No es una novedad, por tanto. De hecho, tenemos a David, a Saúl, a Salomón, como esos "Mesías". Posteriormente, Josefo menciona a algunos como ¡Vespasiano!, primer emperador Flavio, tras Nerón. Pero también otros como un tal Teudas, Atrongeo, Manahem e incluso algunos otros que ni menciona por hartazgo. Posteriormente, en otra de las muchas revueltas, la del año 132 d.n.e., con Bar Kochva a la cabeza, que sería de las últimas, tuvo en este individuo a otro mesías, encima victorioso durante unos años. La idea que cuenta Marvin Harris es la de una estrategia adaptativa mediante un "Mesías vengativo" que, a la postre, no dará resultado. Pero quizá es mejor leerlo directamente. Está en "Vacas, cerdos, guerras y brujas".

De ahí que luego surgiera como único el Cristo. Y los problemas de traducción. Del hebreo "muchacha joven" se pasará al griego "partenos", joven doncella, y de ésta, al latín, como "virgos", chica joven. Y de pronto, por el teléfono escacharrado, tenemos que María... ¡era vírgen!. Un sinsentido aceptado sin crítica por muchos entonces y, desgraciadamente, hoy.

En fin, que tenemos una semana que se celebra según un calendario lunar típico de muchas culturas mediterráneas y que se suele usar para marcar, en algunas, el inicio del año con la primavera y las primeras cosechas y "resurrecciones" de la tierra en sociedades agrarias. Y también unos días de asueto. Lo mejor, en esta semana, sin duda... la lluvia.

Un saludo,

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